El equipo salteño vencía 2 a 0 a Sarmiento cuando, faltaban minutos para el final, se acercó un colaborador del banco local a buscar una pelota y se generó una gresca cerca de la platea. Se arrojaron objetos y una botella cayó a la cancha.

Desde el banco santiagueño se acercaron al futbolista Leandro Betterete, que se había tirado al piso, lo rodearon algunos compañeros y lo rociaron con Pervinox, un desinfectante, para simular que estaba perdiendo sangre.

El árbitro esperó quince minutos, hasta que decidió dar por terminado el encuentro, luego de charlar con los capitanes. El futbolista agredido tampoco quiso ser asistido por la ambulancia que había ingresado al campo de juego para llevarlo al hospital.

El fotógrafo Leandro Herrera tomó nota de lo que estaba sucedido y le contó a Olé: "Aprovecharon para tirarlo al piso para que suspendan el partido por incidentes. Fue todo una simulación".

"El árbitro esperaba una decisión del médico y entró una ambulancia. Cuando se dieron cuenta de que no tenía nada abierto, el árbitro finalizó el partido", agregó.