Indignación: encontraron tres pumas muertos y atados con alambre en plena Ruta 40

Los animales fueron hallados en el tramo que une Perito Moreno con El Calafate. El hecho fue registrado en video por un turista chileno y generó repudio en redes sociales.
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Un turista chileno que recorría la Patagonia argentina registró una escena de extrema crueldad en la Ruta Nacional 40: tres pumas muertos y atados con alambre, abandonados a la vera del camino entre la ciudad de Perito Moreno y El Calafate. Las imágenes, difundidas por una cuenta ambientalista del país vecino, generaron repudio en redes sociales y reabrieron el debate sobre la caza ilegal y el maltrato hacia la fauna silvestre en la región.

Según pudo saberse, el hallazgo se produjo a más de dos horas de Perito Moreno, en dirección sur, en una zona despoblada del oeste santacruceño. La escena fue documentada en video por el viajero, identificado quien compartió el material con organizaciones ambientalistas preocupadas por la situación.

“Un puma muerto. Amarrado con alambre. Cazado por cobardes”, fue el mensaje que acompañó la publicación inicial, en la que se denuncia la persistencia de prácticas violentas y clandestinas contra especies protegidas. Más tarde se confirmó que no se trataba de un solo animal, sino de al menos tres ejemplares, dispuestos a modo de “trofeo”, en una muestra clara de ensañamiento.

Pumas: especie clave del ecosistema patagónico

El puma (Puma concolor) es una especie nativa de América y cumple un rol fundamental en el equilibrio de los ecosistemas. Su caza está prohibida en gran parte del país, y en varias provincias –incluida Chubut– está considerada como especie de valor especial o sujeta a protección. Sin embargo, en zonas rurales del sur patagónico, su presencia sigue siendo considerada una amenaza por algunos sectores ganaderos, lo que da lugar a hechos de violencia como este.

Desde organizaciones conservacionistas advirtieron que el ataque no solo es ilegal, sino que representa un grave retroceso en términos de protección de la biodiversidad. “No se trata de un acto aislado, sino de una problemática estructural que necesita control, sanción y educación”, expresaron.

Desde la cuenta ambientalista que divulgó el caso concluyeron con una reflexión que interpela a toda la sociedad: “No se trata solo de proteger a un animal. Se trata de elegir qué tipo de humanidad queremos ser”.

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