Más de ocho millones de personas han visto el conmovedor vídeo del papa Francisco consolando a un niño que lloraba por la muerte de su padre, durante una visita a una parroquia en la periferia de Roma. Un momento de enorme carga emocional que las redes sociales han vuelto a poner en primer plano tras el fallecimiento del pontífice.

 El encuentro tuvo lugar en abril de 2018, en la parroquia de San Pablo de la Cruz, en el barrio de Corviale. Durante un encuentro informal con fieles, un niño de unos diez años llamado Emanuele se acercó al pontífice. Nervioso, roto por el llanto, no pudo formular su pregunta en voz alta. El papa Francisco lo invitó entonces a acercarse y decírsela al oído. Lo abrazó y le permitió hablarle en privado.

Tras unos minutos de conversación, el pontífice pidió permiso a Emanuele para compartir lo que el pequeño le había confiado. “Hace poco falleció mi papá. Era ateo, pero hizo que nos bautizáramos a los cuatro hermanos. Era un buen hombre. ¿Está en el cielo?”, relató el papa ante la atenta mirada de cientos de personas.

 La pregunta del niño conmovió a todos los presentes. Pero fue la respuesta del papa Francisco lo que terminó de emocionar a quienes estaban allí (y a millones más que después vieron el vídeo). “Qué bonito que un hijo diga que su padre era un hombre bueno”, comenzó diciendo el pontífice. “Dios tiene el corazón de un padre. ¿Pensáis que sería capaz de dejarlo lejos de Él? ¿Dios abandona a sus hijos cuando son buenos?”. Ante la respuesta del público, que gritaba 'no' de forma unánime. Francisco I le dijo al joven que ahí tenía su respuesta.

El papa insistió en que, aunque el padre de Emanuele no creyera, había actuado con amor y responsabilidad. “Es más fácil bautizar a los hijos siendo creyente que siendo no creyente”, explicó. “Seguramente a Dios esto le ha gustado mucho”, concluyó, animando a Emanuele a rezar por su padre.

 El momento, recogido en vídeo y compartido en el canal oficial del Vaticano, acumula más de 8 millones de visualizaciones desde entonces. Pero estos días ha vuelto a circular con fuerza por redes sociales, donde miles de personas han aplaudido la sensibilidad del papa Francisco y la valentía del pequeño Emanuele.

 Muchos han destacado que, más allá de la fe, fue una escena que representó el consuelo, la ternura y la compasión en estado puro, en un contexto en el que la emoción no se ocultó, sino que fue abrazada públicamente. “Ojalá todos pudiéramos llorar como Emanuele cuando sentimos dolor en el corazón”, dijo el papa durante su intervención, recibiendo una sonora ovación.