LOS DÍAS PODRÍAN EXTENDERSE 25 HORAS DEBIDO A LA ROTACIÓN DE LA TIERRA

Frase como ´no me alcanzan las 24 horas del día´ podría cambiar, después de una reciente investigación de científicos alemanes que han descubierto que un día en la Tierra podría eventualmente extenderse hasta 25 horas.
Todas las personas que habitan el planeta afirman que son 24 horas son las que transcurren entre el inicio de un día y el comienzo del siguiente. Sin embargo, este número podría cambiar en el futuro. Y eso tiene que ver con el tiempo de rotación terrestre.
Cada día no dura exactamente lo mismo que el anterior y tampoco están formados por 24 horas exactas, sino que van en aumento, poco a poco creciendo.
Esto es así porque lo que marca el principio y el final de una jornada es lo que tarda la Tierra en dar una vuelta sobre sí misma, es decir, en realizar el movimiento completo de rotación sobre su propio eje. Un giro terrestre sobre su mismo eje que cada vez es más lento.
Por ejemplo, hace 1500 millones de años, los días eran mucho más reducidos que ahora. Solo constaban de unas 18 horas y 41 minutos. Un poco más adelante en la evolución del planeta, cuando los dinosaurios habitaban la Tierra, los días crecieron hasta ser casi como los actuales, de 23 horas. Esto fue hace 66 millones de años.
Durante el tiempo transcurrido desde entonces, la Tierra ha ido girando de una forma cada vez más lenta, lo que provoca que este movimiento de rotación cada vez sea más largo y que, por lo tanto, los días se prolonguen más tiempo.
Ahora, un grupo de expertos alemanes están calculado cuando un día terrestre podría contener 25 horas. Un equipo de científicos de la Universidad Técnica de Múnich (TUM) ha realizado un intenso estudio a través de un instrumento láser “ultrapreciso” para medir la velocidad de rotación de planeta de la manera más exacta posible.
Ulrich Schreiber, líder del proyecto en el Observatorio para TUM, destacó la importancia de las fluctuaciones en la rotación no solo para la astronomía, sino también para la creación de modelos climáticos precisos y para una mejor comprensión de fenómenos meteorológicos como El Niño.
Y para ello diseñó este avanzado láser, ubicado en el Observatorio Geodésico Wettzell, que opera dentro de una cámara presurizada especialmente diseñada y enterrada a más de 6 metros bajo tierra. Consta de un giroscopio láser en forma de anillo y una “pista” de unos cuatro metros de ancho, todo meticulosamente calibrado para asegurar que los factores externos influyan mínimamente en las lecturas del láser. El dispositivo utiliza un sistema complejo de láseres y espejos para detectar con precisión las variaciones en la velocidad de rotación de la Tierra.
Estas diferencias están indicadas por las frecuencias fluctuantes entre dos rayos láser, y las discrepancias mayores significan una rotación más rápida. Por ejemplo, en el ecuador, donde la Tierra gira a 15 grados por hora, el láser anular registra una frecuencia de 348,5 Hz, que cambia sutilmente en apenas una millonésima de hercio cada día.
Las proyecciones sugieren que dentro de 200 millones de años, un día se extenderá a 25 horas. Esta dinámica evolutiva de la rotación de la Tierra subraya la importancia de las mediciones avanzadas, aunque deja a uno preguntándose quién o qué podría estar presente para presenciar estos cambios en un futuro lejano.