FUERTE RÉPLICA DE LA IGLESIA A MILEI POR LAS CRÍTICAS A FRANCISCO

Con una encendida defensa de la justicia social y de una “presencia inteligente” del Estado, especialmente en momentos de crisis, los curas de las villas y barrios populares de la Capital y el Gran Buenos Aires celebraron una misa de desagravio por los ataques a Francisco en la campaña política, especialmente ante las fuertes críticas que el dirigente libertario Javier Milei le dedicó desde antes de emprender su carrera a la Presidencia.
“Uno se termina preguntando si alguien con ese desorden emocional, que no puede encontrarse con quien piensa distinto sin gritar o insultar, puede soportar las tensiones propias del cargo público al que aspira”, señalaron los sacerdotes en la declaración leída al finalizar la misa, que se celebró al aire libre, con una imagen del padre Carlos Mugica como telón de fondo.
Las referencias a los mensajes de Milei, que fue el ganador en las PASO, fueron constantes, tanto en la misa como en la declaración final, en una celebración encabezada por el obispo Gustavo Carrara, vicario general y responsable de la Pastoral en las Villas de la arquidiócesis porteña. “Sabemos que Francisco tiene una prédica en favor de un mundo por la fraternidad y la amistad social, un mundo en que no haya ningún descartado, ningún olvidado. Que nadie quede al margen del camino de la vida y por eso muchas veces el Papa recibe agravios e insultos”, dijo monseñor Carrara, principal colaborador del arzobispo de Buenos Aires, Jorge García Cuerva.
Referentes del Gobierno y de organizaciones sociales se sumaron al encuentro. Estuvieron los ministros de Trabajo, Kelly Olmos; de Defensa, Jorge Taiana, y de Cultura, Tristán Bauer, y el secretario de Culto, Guillermo Oliveri; junto a los diputados nacionales Eduardo Valdés (Frente de Todos) y Victoria Morales Gorleri (Juntos por el Cambio); el dirigente Esteban “el Gringo” Castro, de la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP), representantes de los sindicatos de Smata, peones de taxis, aeronavegantes, judiciales, estatales y camioneros, entre otros.
También estuvieron Adolfo Pérez Esquivel, representantes de las Madres de Plaza de Mayo, Felipe Solá y Gustavo Vera. Los organizadores estimaron que en la misa hubo unas 10.000 personas.
La misa de desagravio se celebró en la parroquia de la Virgen de los Milagros de Caacupé, en las puertas de la Villa 21, de Barracas, que desde fines de los años 90 recibía al cardenal Jorge Bergoglio, que llegaba en colectivo.