ROSA TORINO SE DECLARÓ INOCENTE

Ahora 07 de julio de 2021 Por Rouse Leonor
Este miércoles se celebró la novena jornada de la audiencia de debate en la que la Sala IV del Tribunal de Juicio, juzga al cura Agustín Rosa Torino, acusado de abuso sexual gravemente ultrajante agravado en perjuicio de dos víctimas y abuso sexual simple agravado, en perjuicio de una tercera.

 La fiscala penal Verónica Simesen de Bielke, representa al Ministerio Público Fiscal.

El primer testigo de la jornada, sostuvo que conoció al acusado en un retiro espiritual ocurrido en Metán en 1996 y precisó que a la exmonja víctima, lo hizo al ingresar juntos a la congregación en 1997.

Afirmó que tomó conocimiento de los hechos cuando se hicieron públicos y relató que en la comunidad siempre estaba presente el mensaje de que cualquier externo “podía afectar la obra de Dios”, por lo que se pretendía aislar a los miembros. Sostuvo que por este motivo, recibió de forma oculta cartas y regalos de su familia.

Por otra parte, dijo que escuchó el rumor de que algún hermano de la comunidad había pasado la noche con el acusado y destacó que este, en una oportunidad, lo invitó a dormir la siesta con él.

Además, relató que se confesó con el acusado, a quien le dijo que quería abandonar la comunidad. Destacó que el sacerdote desvió la charla, que pasó a tener carácter sexual.

También indicó que se escapó de la congregación en Palermo Oeste, Cachi, luego de que se le negara la salida. Sin embargo, relató que llegó hasta un domicilio y fue nuevamente captado por el sacerdote subalterno del acusado, quien le prometió llevarlo de vuelta para devolverle sus documentos.

Dijo que por esto entró en una crisis de nervios y que le dieron medicamentos que le hicieron perder la noción del tiempo, durante días. Luego le entregaron sus documentos para que se retirara.

Antes de finalizar su testimonio, dijo que previo al juicio, recibió un mensaje a través de una cuenta de Facebook con el nombre de “Israel”, en el que le escribieron “El Padre conoce tus secretos”.

El segundo testigo en declarar fue aportado por la defensa. Formó parte del instituto del acusado al que ingresó en 2005 y actualmente es sacerdote en Chubut. Indicó que conoció a uno de los exnovicios víctima y su familia en 2010, y fue quien los presentó a la comunidad.

Enfatizó que si hubiera sido testigo de los hechos denunciados, hubiera sido el primero en dar un paso al costado.

El tercer testigo declaró a distancia desde la Fiscalía Penal de General Güemes e indicó que convivió en Puerto Santa Cruz con los dos exnovicios víctimas. Afirmó que ambos le dijeron que el acusado les tocó las partes íntimas.

Manifestó que en Salta, uno de los exnovicios ingresaba a la casa personal del acusado, que permanecía cerrada con cerradura eléctrica.
También dijo que conoció a la exmonja víctima, de quien nunca recibió malos tratos y confirmó que ella también tenía acceso a la casa privada del acusado.

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