La NASA confirmó el hallazgo de una nueva cuasi-luna que acompañará a la Tierra hasta 2085

La NASA confirmó el hallazgo de un pequeño asteroide que acompaña a la Tierra en su órbita solar. Aunque no es una luna en el sentido estricto, su movimiento sincronizado revela pistas sobre los orígenes del sistema solar y abre nuevas oportunidades para la exploración espacial.
Durante siglos, la humanidad creyó que la Luna era la única compañera estable de la Tierra en su recorrido alrededor del Sol. Sin embargo, las observaciones más recientes demostraron que el espacio cercano a nuestro planeta es mucho más dinámico de lo que se pensaba.
La NASA oficializó esta semana el descubrimiento de 2025 PN7, un cuerpo rocoso que, aunque no orbita directamente la Tierra, la acompaña fielmente en su viaje cósmico. Los astrónomos lo definen como una cuasi-luna, una rareza celeste que refuerza la idea de que todavía hay mucho por conocer del vecindario terrestre.
El hallazgo se concretó gracias al trabajo conjunto de la Universidad de Hawái, la Universidad Complutense de Madrid y la NASA, y fue publicado en la revista Research Notes of the American Astronomical Society.
Los datos confirman que este pequeño asteroide se mueve de forma casi idéntica a la Tierra alrededor del Sol, como una sombra que imita sus pasos.
Los científicos calculan que 2025 PN7 acompaña a nuestro planeta desde hace unos 60 años, y si su órbita se mantiene estable, continuará haciéndolo hasta 2085, cuando se espera que se aleje hacia el espacio profundo. Aunque no se trata de una luna convencional, su cercanía y trayectoria coordinada lo convierten en un objeto de gran interés para la astronomía moderna.
En comparación con la Luna, la cuasi-luna 2025 PN7 es minúscula. Su diámetro se estima entre 18 y 36 metros, el equivalente a un edificio pequeño o a la envergadura de un avión de pasajeros de corto recorrido. A pesar de su tamaño, su presencia en la órbita terrestre representa un fenómeno poco común: solo se confirmaron ocho cuasi-lunas a lo largo de toda la historia de la observación astronómica.
“Estamos descubriendo objetos cercanos a la Tierra más rápido que nunca, gracias a los rápidos avances tecnológicos”, explicó el doctor Darren Baskill, profesor de astronomía en la Universidad de Sussex. “Las cámaras digitales son más sensibles que nunca, lo que nos permite ver objetos tan tenues, y las computadoras ahora pueden analizar rápidamente enormes cantidades de datos”.
La órbita de 2025 PN7 es particularmente compleja. En su punto más próximo, el asteroide se ubica a unos 4 millones de kilómetros de la Tierra, lo que equivale a diez veces la distancia que nos separa de la Luna. Sin embargo, puede alejarse hasta 17 millones de kilómetros, influido por la constante interacción gravitatoria entre el Sol, la Tierra y los planetas cercanos.
Según los registros del telescopio Pan-STARRS de Hawái, el objeto fue detectado en agosto de 2025, cuando su posición permitió observarlo brevemente desde la Tierra. El equipo de la Universidad de Hawái notó que aquella débil mancha en el cielo no seguía el patrón habitual de los asteroides. Su desplazamiento coincidía exactamente con el de la Tierra alrededor del Sol. Luego de varias semanas de seguimiento, la NASA confirmó oficialmente que se trataba de una nueva cuasi-luna.
De acuerdo con la agencia espacial, 2025 PN7 no será visible a simple vista, ni siquiera durante sus acercamientos más notables. Su pequeño tamaño y su débil capacidad de reflejar la luz solar hacen que solo pueda observarse mediante telescopios de gran potencia o equipos astronómicos especializados. La NASA también subrayó que el asteroide no representa ninguna amenaza para la Tierra, ya que se mantiene a millones de kilómetros de distancia, muy por fuera de la órbita lunar.














