EL HURACÁN OTIS ARRASÓ ACAPULCO
El paso del potente huracán Otis, con ráfagas de hasta 270 km/h, dejó al puerto de Acapulco, en el Pacífico mexicano, incomunicado, con vías bloqueadas, edificios destrozados, árboles caídos y cortes de energía, lo que impidió al gobierno determinar la dimensión de los daños.
Decenas de personas caminaban desesperadas entre el barro, las piedras y árboles caídos a las afueras de Acapulco, intentando refugiarse de los fuertes vientos y lluvias, mientras el presidente Manuel López Obrador se dirigía a las zonas devastadas y el gobierno empieza a enviar ayuda.
“Vamos a ir ahora, vamos a dejar maquinaria. Vamos a buscar que se reabra [la autopista] lo más pronto posible”, dijo el mandatario a periodistas, que al igual que la comitiva presidencial enfrentan dificultades para llegar al destino, debido a los daños provocados por el ciclón. Debido a la incomunicación, todavía no fue posible registrar si hubo víctimas fatales.
Otis tocó tierra como categoría 5 y rápido fue perdiendo fuerza hasta convertirse en una tormenta tropical, pero su paso dejó edificios destruidos, inundaciones y el corte de todas las comunicaciones, lo que despertó el recuerdo de una letal tormenta que ocasionó decenas de muertos en 1997.
La principal autopista hacia Acapulco permanecía bloqueada debido a un derrumbe. Para reabrir la vía fueron enviados al lugar ingenieros militares y funcionarios estatales quienes esperan en las próximas horas habilitar una brecha para poder llegar vía terrestre al puerto turístico, informó a The Associated Press la oficina de prensa de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).
“Estamos en alerta máxima, estamos en alerta roja”, dijo la alcaldesa de Acapulco, Abelina López, que pidió a la ciudadanía que permanezca en sus casas o se resguarde en los albergues habilitados en la ciudad.
La funcionaria advirtió que Otis era un huracán más fuerte que Paulina, que azotó Acapulco en 1997 arrasando partes de la ciudad y dejando más de 200 muertos. Cientos de personas más resultaron heridas en las inundaciones y deslaves en aquel momento.