EL PODER DEL OLFATO EN LAS RELACIONES INTERPERSONALES

Salud y Bienestar 14 de febrero de 2023 Por Betina Almada
En el Día de los Enamorados, las razones científicas detrás de la química sexual y el rol de las feromonas, las sustancias responsables de generar el deseo.
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Los seres humanos olemos, emitimos olores y nos huelen. Los olores emanan de la piel, y es necesaria su higiene para oler bien; suele escucharse: “Esa persona huele rico”. Son muchos los adjetivos que se emplean para definir los olores que, en general, se comparan a través de la evocación de recuerdos gracias a su conexión con el hipocampo, estructura nerviosa que se ubica en el lóbulo temporal de nuestro cerebro y se asocia a la memoria.

El olfato es uno de los sentidos que más utilizamos en las relaciones interpersonales. El olor corporal genera en el ser humano una atracción sexual inmediata, que actúa como una tarjeta que nos invita a acercarnos e iniciar una relación, o también, a alejarnos.

Entonces podemos decir que existe el “olor a sexo”, el cual puede ser muy variable, siempre según el aseo. Sin duda, la sexualidad pasa por la higiene. Durante el acercamiento de la pareja y el desarrollo de las relaciones sexuales, junto con el sudor generado de las diferentes partes del cuerpo, aparece un olor característico y especial.

El olfato es un poderoso hechicero que se vale de las feromonas, que son sustancias químicas que usan los animales para comunicarse entre sí y desencadenar respuestas determinadas.

El sudor que aparece durante la actividad física o esfuerzo tiene feromonas. Estas sustancias son las responsables de generar el deseo sexual y, por lo tanto, de causar atracción. Tienen información acerca del estado de ánimo de la otra persona, y, en consecuencia, de la disponibilidad o compatibilidad sexual. Están presentes en la saliva, el sudor, el semen y las secreciones vaginales; es transmiten por el aire y así se dispersan por el ambiente.

El “olor a sexo” está dado, entonces, por la secreción corporal de cada persona, con un olor particular y personal que nos distingue unos de otros.

Un estudio realizado en la Universidad de Bremen, Alemania, que incluyó hombres y mujeres de entre 15 y 84 años, permitió precisar que los olores más estimulantes son el propio olor corporal sin perfume, siguiendo el de las axilas y luego el del pecho. Podemos decir entonces que el amor es cuestión de olor.

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