DORMIR CON LUZ TENUE AUMENTA EL RIESGO DE DIABETES E HIPERTENSIÓN EN ADULTOS MAYORES

Sociedad 28 de junio de 2022 Por Agostina Morales
Un nuevo estudio sumó evidencia y advirtió sobre las complejidades del uso de fuentes de iluminación artificial durante la noche en los adultos mayores.
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La luz encendida durante el descanso nocturno tiene un impacto en la calidad del sueño. Aumenta el tiempo de vigilia, puede interrumpir el dormir y hasta puede imposibilitar el sueño profundo que garantiza la regeneración celular nocturna. Un nuevo estudio sumó evidencia a estas afirmaciones y advirtió sobre las complejidades del uso de fuentes de iluminación artificial durante la noche en los adultos mayores. Los científicos de la Universidad Northwestern en Chicago, EEUU, confirmaron que incluso la luz tenue puede interrumpir el sueño, lo que aumenta el riesgo de problemas de salud graves en los adultos mayores.

“La exposición a cualquier cantidad de luz durante el período de sueño se correlacionó con una mayor prevalencia de diabetes, obesidad e hipertensión tanto en hombres como en mujeres mayores -declaró la autora principal Phyllis Zee, jefa de medicina del sueño en la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad Northwestern en Chicago- Las personas deberían hacer todo lo posible para evitar o minimizar la cantidad de luz a la que están expuestas durante el sueño”.

Los resultados de la investigación fueron publicados recientemente en la revista Sleep, una publicación de Oxford Academic.

El nuevo estudio se centró en las personas mayores que “ya tienen un mayor riesgo de diabetes y enfermedades cardiovasculares -aclaró la coautora Minjee Kim, profesora asistente de neurología en la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad Northwestern-. Queríamos ver si había una diferencia en las frecuencias de estas enfermedades relacionadas con la exposición a la luz durante la noche”.

En lugar de llevar a las personas a un laboratorio del sueño, el nuevo estudio utilizó un entorno del mundo real. Los investigadores dieron a 552 hombres y mujeres de entre 63 y 84 años un actígrafo, un pequeño dispositivo que se usa como un reloj de pulsera y mide los ciclos de sueño, el movimiento promedio y la exposición a la luz.

“Medimos la cantidad de luz a la que se expusieron las personas con un sensor en su cuerpo y lo comparamos con su actividad de sueño y vigilia durante un período de 24 horas -explicó Zee-. Lo que creo que es diferente y notable en nuestro estudio es que tenemos datos realmente objetivos con este método”.

Más del 53% aproximadamente tenía algo de luz durante la noche en la habitación -relató Zee-. En un análisis secundario, encontramos que aquellos que tenían mayores cantidades de luz durante la noche también tenían más probabilidades de tener diabetes, obesidad o hipertensión”.

Además, las personas que dormían con niveles más altos de luz eran más propensas a acostarse y levantarse más tarde, y “sabemos que las personas que duermen tarde también tienden a tener un mayor riesgo de trastornos cardiovasculares y metabólicos”, completó.

Los adultos mayores a menudo tienen que levantarse por la noche para ir al baño, debido a problemas de salud o a los efectos secundarios de los medicamentos, “por lo que aconsejar a ese grupo de edad que lo hagan sin luces podría ponerlos en riesgo de caerse”, afirma Zee.

En ese caso, “considere usar luces nocturnas colocadas muy cerca del suelo y elija luces con un color ámbar o rojo -completa la especialista-. Ese espectro de luz tiene una longitud de onda más larga y es menos intrusivo y perjudicial para nuestro ritmo circadiano, o reloj biológico, que las longitudes de onda más cortas, como la luz azul”.

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