LA IGLESIA ITALIANA QUE GUARDA UN SECRETO DE LA ARGENTINA

Internacionales 10 de junio de 2022 Por Betina Almada
Cuenta la leyenda que un 2 de febrero de 1536, uno de los compañeros del fundador de Buenos Aires, Don Pedro de Mendoza, llamado Sancho del Campo, al poner pie en tierra en la orilla occidental del por entonces llamado Río de Solís o Mar Dulce, dijo maravillado: “Qué buenos aires hay en esta tierra”.
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Cuenta la leyenda que un 2 de febrero de 1536, uno de los compañeros del fundador de Buenos Aires, Don Pedro de Mendoza, llamado Sancho del Campo, al poner pie en tierra en la orilla occidental del por entonces llamado Río de Solís o Mar Dulce, dijo maravillado: “Qué buenos aires hay en esta tierra”.

Y en ese acto bautismal quedó sellada nuestra identidad para siempre. Pero aquello era sencillamente eso, una leyenda. El verdadero origen del nombre de nuestra ciudad tiene que ver con otra leyenda que va a dar lugar al culto de una virgen ubicada en un lugar muy lejano al Plata, más precisamente en la Isla de Cerdeña.

Corría el año 1370 cuando el 25 de marzo, una nave que había partido de Cataluña y navegaba por el mar Mediterráneo hacia Cerdeña –por entonces una posesión de la Corona de Aragón– debió soportar una tremenda tormenta. Los tripulantes desesperados decidieron alivianar la carga arrojando al mar todo tipo de objetos.

Grande fue su sorpresa cuando al arrojar una caja de madera, el temporal cesó instantáneamente. Luego supieron que el mueblecito contenía en su interior una imagen de la virgen María con el niño Jesús.

Así nació en Cagliari, Cerdeña, el culto a Nuestra Señora de Bonaria, “Patrona Massima della Sardegna e Madonna dei Sardi”, una de las vírgenes más veneradas por los navegantes de aquellos tiempos y los de los siglos subsiguientes.

El lugar elegido para rendirle culto, la colina de Bonaria, tenía su historia. En 1323, el rey de Aragón Jaime II desembarcó allí para iniciar la conquista de la Isla. Tras el triunfo, y como agradecimiento a Dios, decidió construir una iglesia en la cima de la colina y luego la donó a la Orden de la Merced.

La Orden de Nuestra Señora de la Merced había sido fundada en Barcelona por San Pedro Nolasco, en 1218 ,con el objetivo de liberar a los cristianos esclavizados por los moros. Ellos tendrían el honor de recibir en su capilla la imagen milagrosa.

Cuentan que una peregrina que se dirigía a Tierra Santa hizo una escala en Cagliari y, maravillada por la imagen de la Virgen de Bonaria, decidió ofrendarle una navecilla de marfil que originalmente estaba destinada al Santo Sepulcro.

 

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