SE QUEMÓ EL PIE Y ESPERA UN TURNO
Ya pasaron varios días desde que a Marcela Orihuela se le cayó encima una olla de agua hirviendo. Ayer, con el pie hinchado por la quemadura, contó que en el hospital le dijeron que pida un “turno para una cirugía” esta semana, pero que no sabe cuándo se lo darán.
En su casa del asentamiento Israel, al sudeste de la Salta capital y a metros del basural, Marcela anda descalza porque el pie quemado no le entra en ningún calzado.
La pomada que le dieron para la herida ayer se mezclaba con la tierra del piso, en la vivienda de una sola habitación que comparte con otras cinco personas hace unos cinco años.
“Por el dolor, no pude dormir”, contó ayer, pero aseguró que en le dijeron que no podían atenderla el fin de semana.
Tiene 72 años y el accidente ocurrió mientras preparaba el almuerzo en su precaria cocina. Dice que no sabe cómo la olla “se le fue” de las manos. Marcela con su marido y su hija, en su vivienda del asentamiento Israel Jan Touzeau
La quemadura es un problema que se sumó a la larga lista de necesidades de su familia. Ayer pidió que los ayuden con chapas y ladrillos para que su yerno construya una habitación más. También necesitan colchones y camas, ya que tienen tres para seis personas, entre ellas su marido Rosario Vilte de 78 y su hija de Zeneida, de 32.