El Gobierno afirmó que monitorea la salida de dólares y descartó una devaluación

El jefe de Gabinete, Guillermo Francos, descartó de lleno que el Gobierno vaya a devaluar el peso, en medio de la polémica por el déficit de cuenta corriente, que será cinco veces mayor a lo pactado con el FMI. “Eso no va a pasar”, afirmó, contundente.
“Hay varios sectores de la economía que esperarían que hubiera una acción del Gobierno para devaluar el peso, y eso no va a pasar. Cómo lo ha explicado el ministro de Economía en su momento, el libre cambio es lo que rige en la Argentina dentro de las bandas establecidas", aseguró Francos a radio Mitre.
Y continuó: “Por más que haya sectores interesados en que haya una devaluación, si se hace una devaluación volvemos a la historia de siempre: se emiten pesos y se termina otra vez en la cadena inflacionaria. El Gobierno no va a proceder de esta manera”.
Francos hizo estas declaraciones luego de que, el jueves, el viceministro de Economía, José Luis Daza, defendiera el plan económico del Gobierno.
El segundo de Luis Caputo aseguró que el dólar no está atrasado ni intervenido por el Banco Central. “El tipo de cambio no está planchado ni controlado, está flotando y la economía se está comportando como esperábamos", dijo.
En su participación en un foro organizado por el Instituto Internacional de Finanzas (IIF), que nuclea a grandes bancos internacionales, también relativizó el déficit de cuenta corriente que el INDEC dio a conocer este miércoles.
Daza afirmó que el tipo de cambio se va a determinar por la oferta y demanda de dólares. De hecho, destacó que la Argentina atraviesa un “gigantesco cambio en la balanza de pagos”.
En ese sentido, el equipo económico estima que la balanza arrojará un superávit de más de US$50.000 millones para el 2032 y 2033, impulsada por el campo, la minería y el sector energético.
Y enfatizó que la fortaleza del peso se sustentará en buena parte por la entrada fuerte de capitales al país: “Hay que mirar estos flujos que vienen a futuro. Vamos a tener balance o superávit fiscal y una política monetaria contractiva”.