El mundo del deporte olímpico y paralímpico aún intenta digerir una curiosa y muy polémica noticia. Según trascendió en los últimos días, una campeona de los Juegos Paralímpicos 2020 (disputados en Tokio en 2021) no cumplía con el requisito esencial para competir en su categoría de judo, que era ni más ni menos que ser ciega.

Shahana Hajiyeva es una judoca nacida en Azerbaiyán hace 24 años que compitió en los últimos dos Juegos Paralímpicos en la categoría de 48 kilos para judocas ciegos y es la protagonista de la escandalosa cuestión. Hajiyeva, de hecho, ganó la medalla de oro en 2021, cuando disputó sus primeros Juegos Paralímpicos.

Días atrás, en el marco de la celebración del Mundial de Judo, del cual era la gran candidata al título, se le realizó a Hajiyeva un examen médico. Luego del mismo, los médicos determinaron que no podría participar de la competición y eso llamó la atención de la federación. Hasta que todo estalló.

El motivo era el siguiente: según comunicó la Comisión Médica Internacional, los resultados del mismo arrojaron que Shahana Hajiyeva “no tiene las limitaciones visuales correspondientes a su categoría”. De allí se dispuso una durísima sanción contra ella: fue vetada de esta competición de por vida.

¿Trampa o error?

Por el momento y sin muchos más detalles al respecto, se han mencionado dos teorías. La primera, que Shahana Hajiyeva hizo trampa y ocultó la realidad. La segunda, que un cambio en las categorías la perjudicó: lo que antes era B1, B2 y B3 ha pasado a ser J1 y J2, reduciéndose así el número. Esto ha dado como resultado que algunas enfermedades oculares que antes se incluían en estas categorías hayan quedado excluidas en la nueva normativa. De todos modos, se desconoce todavía qué ha sucedido realmente.