La organización operaba principalmente en el tráfico de cocaína y éxtasis, transportando los cargamentos desde Salta hasta Mendoza.

La investigación comenzó tras un operativo el 7 de mayo de 2024, cuando se encontraron 99 kilogramos de marihuana en un control de ruta en el sur de Salta. A partir de ahí, se vinculó a Antonio Agustín Gutiérrez con el cargamento, lo que permitió a las autoridades descubrir conexiones con Torres, su hijo Miguel Emanuel Torres Ibba, y otros cómplices.

La banda compraba drogas en Bolivia, las almacenaba en Orán (Salta) y luego las trasladaba a Mendoza, operando con vehículos para transportar y custodiar los cargamentos. El ex gendarme Torres, quien tenía un conocimiento crucial por su experiencia en la fuerza, coordinaba las operaciones y participaba activamente en los viajes, utilizando un Fiat Argo.

El operativo de detención ocurrió cuando la banda estaba realizando una entrega en Guaymallén (Mendoza). A través de la geolocalización de los celulares, la Policía interceptó el transporte de 14 kilogramos de cocaína. Además de Torres y su hijo, fueron detenidos otros miembros de la organización, como Paul César Heredia Comandiri y Francisco Salinas Campos.

El caso revela una estructura criminal bien organizada, con roles claramente distribuidos y conexiones dentro de las fuerzas de seguridad y el sistema penitenciario, facilitando el tráfico de drogas a gran escala.