Luisana Luna: La Docente que Quiere Transformar su Pueblo con Educación Gratuita
Con apenas 22 años, Luisana Luna ha logrado convertirse en la primera universitaria de su familia. Nacida y Criada en Villa Río Bermejito, un pequeño pueblo chaqueño, Luisana no solo venció los desafíos de ser pionera en su hogar, sino que también sueña con retribuir a su comunidad, ofreciendo clases gratuitas para evitar que los jóvenes abandonen sus estudios.
Graduada recientemente como profesora en Ciencias de la Educación en Resistencia, Chaco, Luisana aspira a regresar a su pueblo natal, donde el acceso a la educación sigue siendo limitado. “Desde niña sentí que la educación era lo que me movía. Sabía que podía hacer algo importante con ello”, cuenta.
Un sueño que trasciende los logros personales
Luisana creció en una familia numerosa, siendo la séptima de nueve hermanos. Desde joven, trabajó en oficios variados para ayudar en su hogar y descubrir su pasión por la enseñanza. Sin embargo, iniciar sus estudios universitarios fue un desafío: “No sabía bien qué era la universidad ni la diferencia con la facultad. Fue todo un mundo nuevo”.
Gracias a una beca de la Fundación Sí, que le permitió vivir en una residencia estudiantil, y al apoyo de tutores y amigos, logró completar su carrera con excelencia, destacándose como abanderada. Pero más allá de su éxito personal, Luisana fue testigo de las desigualdades educativas que existen entre las provincias.
“En Chaco no estamos tan preparados como en otros lugares. Eso me frustró, pero también me motivó a trabajar más. En mi pueblo, el nivel educativo no es el mismo que en las grandes ciudades, y hay mucho por mejorar”, enfatiza.
Un futuro de compromiso y transformación
Luisana sueña con abrir una escuela de apoyo en Villa Río Bermejito, donde los jóvenes puedan acceder a clases gratuitas y a proyectos educativos innovadores. Además, busca abordar problemáticas como las adicciones y la falta de oportunidades para los adolescentes. “Quiero volver y hacer algo por ellos. Mi pueblo también necesita alguien que lo apoye, y yo quiero ser esa persona”, declara.
Aunque planea seguir formándose como licenciada y explorar la política educativa, su compromiso inmediato es claro: ofrecer su tiempo y conocimientos a los chicos de su comunidad. “La educación puede resignificar vidas. Yo lo viví, y quiero que otros también lo vivan”, concluye Luisana.
Una historia de esfuerzo y solidaridad que inspira y demuestra que, con educación, es posible transformar realidades.