La durísima confesión de Juan Martín del Potro antes de su partido ante Djokovic
Juan Martín del Potro, uno de los grandes referentes del tenis argentino, se sinceró en un video difundido en sus redes sociales a días de su esperado partido de exhibición contra Novak Djokovic en el Parque Roca y conmovió al hablar de la difícil realidad que enfrenta tras la lesión en la rodilla que lo alejó del tenis profesional, marcando un antes y un después en su vida.
"Me siento atrapado en un cuerpo que no me responde", confesó el campeón del US Open 2009, describiendo las consecuencias de una serie de intervenciones quirúrgicas que no dieron los resultados esperados.
"Desde aquel partido contra Delbonis, viajé a Suiza para una quinta operación. Pasé meses en un pequeño pueblo cerca de Basilea, intentando rehabilitarme, pero nada funcionó. Me infiltraron, me sacaron tendones, me quemaron nervios... Fue un sufrimiento diario", relató.
Aunque dejó las canchas hace tiempo, su día a día sigue afectado por los estragos de la lesión. Del Potro expresó que su vida cotidiana es muy distinta a la que siempre soñó: "Era alguien muy activo. No solo me quitaron el tenis, sino también la ilusión de hacer deporte. Intento mostrarme fuerte, pero estar las 24 horas fingiendo es muy difícil".
La lesión que marcó un antes y un después en la carrera de Juan Martín del Potro
El extenista también mencionó la cantidad de medicamentos que consume a diario para sobrellevar el dolor y los efectos secundarios: "Tomo entre seis y ocho pastillas cada mañana. Hay analgésicos, antiinflamatorios, un protector gástrico y una para la ansiedad. Es una rutina que nunca imaginé tener".
Además, reveló el impacto emocional que le genera no poder participar activamente en deportes recreativos con amigos: "Cuando me invitan a jugar al fútbol, soy el que lleva el mate. En el pádel, grabo videos. No está mal, pero duele cuando te acostumbraste a ser el centro de la cancha".
Del Potro también enfrenta una decisión crucial: aceptar una prótesis para mejorar su calidad de vida. "Desde los 31 años no puedo correr, subir escaleras ni patear una pelota. Los médicos me insisten en que la prótesis es la solución, pero me cuesta aceptar que mi cuerpo ya no es el que conocí", afirmó.
A pesar de los obstáculos, el tandilense no pierde la conexión con sus seguidores, quienes esperan verlo una vez más en acción junto a Djokovic, en lo que promete ser un homenaje a su inolvidable carrera.