Trasladaron a seis pumas a Uruguay para que formen parte de un proyecto de conservación de la especie

Sociedad21 de noviembre de 2024 Por prensa
Los felinos, provenientes del tráfico de fauna, llegaron al país vecino para su cría en cautiverio. Se trata de un “esfuerzo de cooperación internacional” que tiene como objetivo reintroducir a estos animales en su hábitat natural
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La Subsecretaría de Ambiente de Argentina, a través de la Brigada de Control Ambiental (BCA), realizó el traslado de seis pumas que estaban cautivos en Balcarce, provincia de Buenos Aires, hacia Uruguay. El operativo se realizó bajo la Ley 22421, que regula el tráfico de fauna.

Los animales fueron recibidos por la Estación de Cría de Fauna Autóctona de Pan de Azúcar y el Bioparque M’Bopicuá, donde serán parte de un programa de cría en cautiverio, ya que los pumas son considerados una especie de conservación prioritaria en Uruguay.

 
Este traslado fue logrado gracias a los mecanismos bilaterales de cooperación entre Argentina y Uruguay. Para esto, las autoridades uruguayas contactaron a la BCA con el objetivo de recibir los animales incautados, asegurando que los recintos donde estarán alojados los pumas cumplen con los estándares necesarios para su bienestar y preservación.

El objetivo es que, eventualmente, estos animales puedan ser reintroducidos en su hábitat natural en Uruguay, país que colabora activamente en proyectos de conservación de especies como el puma.

 
En 2022, Uruguay cedió a un yaguareté para un proyecto de reintroducción que se realiza en Argentina, lo que demuestra una cooperación continua entre ambas naciones en la conservación de especies.

“Los recintos donde se alojarán los pumas en Uruguay fueron especialmente diseñados para garantizar su bienestar, proporcionando la alimentación adecuada y atención veterinaria necesaria. Esta acción no solo busca proteger a los pumas, sino también reforzar la biodiversidad en la región”, señalan desde Ambiente en un comunicado.

La situación del puma en Uruguay
La especie está catalogada como amenazada y se la considera prioritaria para la conservación y para el diseño del Sistema Nacional de Áreas Protegidas. Según los expertos, se trata de una especie muy adaptable, “por lo que es difícil establecer generalizaciones sobre ella”, destacan desde el Museo Nacional de Historia Natural, Montevideo, Uruguay.

“En Uruguay no hay ‘una población’ de pumas, propiamente dicha, sino algunos animales que forman parte de un conjunto más grande, que sobrevive en la región, y en el que algunos ejemplares se desplazan atravesando las fronteras políticas”, asegura Enrique González, consultor independiente en temas de Biodiversidad, encargado de la Sección Mamíferos del Museo Nacional de Historia Natural, en el documento Situación del puma en Uruguay.

El investigador sostiene que este mamífero haya estado presente en el pasado en todo el territorio uruguayo, aunque “hay poca documentación al respecto”. “Resulta patente el desconocimiento popular acerca del puma y el hecho de que se lo hace responsable de ataques al ganado ante meras suposiciones. Para explicar la situación actual de esta especie en nuestro país, es preciso acudir a la teoría ecológica de meta poblaciones, que plantea, esquemáticamente, que las poblaciones se estructuran en subpoblaciones con mayor o menor flujo de ejemplares entre ellas, y que algunas pueden extinguirse circunstancialmente”.

Al mismo tiempo, opina que es “simplista” aseverar que los pumas que aparecen en Uruguay llegan de Brasil. “Algunos pumas probablemente se reproduzcan y tengan sus territorios en Uruguay, otros en Rio Grande do Sul y Santa Catarina, otros en Corrientes y Entre Ríos y otros, en particular machos jóvenes, posiblemente deambulen a lo largo y ancho de esos vastos territorios. De ese modo, si la especie se extinguió o se extingue en algún momento en alguna parte de la región, su población puede recuperarse”.

En ese punto, el investigador focaliza en los proyectos para recuperar la especie. “Para la conservación del puma en Uruguay y la región es necesario informar y sensibilizar a la población (desde los escolares hasta los productores y las autoridades), desarrollar investigación científica y, paralelamente, coordinar actores e implementar planes de acción para la resolución de conflictos por depredación de ganado”.

También se refiere a los planes de acción que consisten en una series de pasos ordenados que apuntan a cumplir los objetivos establecidos a favor de una estrategia.

 

Según González, entre los actores que deben involucrarse en esa estrategia son la autoridad nacional en materia de fauna como el Ministerio de Ambiente; los Ministerios de Ganadería Agricultura y Pesca, de Educación y Cultura; de Turismo, del Interior, de Defensa. Así también las Intendencias, las alcaldías, el Secretariado Uruguayo de la Lana, la Asociación y la Federación rurales, empresas del sector rural, medios de comunicación y organizaciones de la sociedad civil dedicadas a diversos temas.

“Hasta tanto haya voluntades institucionales, planes de acción, proyectos concretos y recursos adecuados para llevar adelante una estrategia nacional para la conservación del puma, serán escasas las posibilidades de reunir información seria y actualizada y usarla para una gestión concebida con criterio moderno. Sin esos componentes es imposible elaborar políticas de conservación efectivas, por lo cual el futuro de la especie en el país seguirá dependiendo, como hasta ahora, de la casualidad”.

En el Museo uruguayo, menciona el investigador, se está gestando la iniciativa Proyecto Puma, que tiene como meta promover la formulación de una estrategia nacional.

Para eso, sostiene que hay tres elementos centrales de la estrategia: educación, información y sensibilización; investigación y gestión. Esto, asevera, debe incluir la colaboración interinstitucional, una red de alerta temprana, generación de protocolos de actuación y desarrollo de una política pública en relación a las pérdidas económicas eventualmente causadas por pumas.

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