Un estudio del equipo de biólogos de la Universidad de Maryland anunció el descubrimiento sobre el gecko tokay (Gekko gecko). El grupo de investigadores ya sabía que el animal cuenta con un oído especializado para sonidos de baja frecuencia. Sin embargo, comprobaron que puede percibir vibraciones de frecuencias mucho más bajas, de 50 a 200 hercios.

Lo interesante es que esto no tiene que ver con el oído, sino con una estructura diferente. El hallazgo fue publicado en la revista Science Alert

Cuando los científicos estudiaron de cerca al cerebro de este animal, descubrieron que estos lagartos utilizan el sáculo, una estructura del oído interno asociada al mantenimiento del equilibrio y la posición del cuerpo, para detectar vibraciones de baja frecuencia.

Según los científicos, esto podría cambiar lo que se ha pensado hasta ahora sobre la percepción animal. Esta vía ya existe en anfibios y peces y ahora también se demuestra que se conserva en los lagartos. Aunque este descubrimiento no se relaciona con audición de los humanos, los investigadores creen que existe un punto de conexión.