Disney en Tokyo alucinan con la transformación de 'La Bella y la Bestia', lo que no saben es que se logra con un truco conocido hace más de 100 años

Espectaculos El jueves Por Vazquez Lourdes
Lo que muchos toman como magia, en realidad se trata de un poco de perspectiva, luces y una buena sincronización
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En el mundo del entretenimiento, la tecnología llegó a revolucionar las cosas, tanto en los efectos especiales en el cine, como en las mismas fiestas temáticas alusivas a nuestros personajes favoritos, y es que, sin un poco de ayuda digital, la magia del cine se vendría algo abajo, aunque claro, cuando esta se utiliza de forma bien pensada, la verdadera magia puede ocurrir frente a nuestros ojos, como lo aseguran los visitantes de Disneyland en Japón, que se han maravillado con la atracción de 'La Bella y la Bestia' una y otra vez.

El recorrido, que se ha popularizado mucho en los últimos días, forma parte de una de las atracciones más populares del parque, en concreto, por el momento clave de la película que se ha llevado con gran fidelidad 'a la vida real': la transformación de la bestia en príncipe, lo que ha dejado a los asistentes con la boca abierta porque, como aseguran, los animatrónicos y la transición son tan convincentes, que parece magia pura.

n el punto final del recorrido, se pude ver a Bestia levitar, replicando el momento en la película en donde su hechizo se ha roto, sin embargo, lo que a muchos les llama la atención es el cómo se pudo haber logrado la transición de una proyección de luces a un animatrónico, una respuesta que tiene varios trucos de por medio.

En realidad, se trata de tres efectos sincronizados a la perfección y realizados casi al mismo tiempo: el primero de ellos es un efecto de reflexión llamado el 'Fantasma de Pepper': una técnica de ilusionismo que se utiliza en teatro y trucos de magia desde 1862.

Más que magia, luces y viejos trucos
Este efecto, utilizado por Disney anteriormente en la atracción de la Mansión Encantada, se logra con una superficie reflejante que duplica visualmente un objeto o persona escondido en otro lado del escenario, al que, para hacer 'desaparecer' sólo se encienden las luces principales y del fondo, ya que un escenario oscuro hace que sea más nítida la imagen reflejada.

El segundo efecto es la aparición del príncipe en su forma humana, uno que resulta ser el más fácil y simple de entender, ya que, como se aprecia en el momento cuando el animatrónico es visible, éste se eleva a través de una trampilla en el escenario cuando la reflexión de la bestia está en proceso, por lo que, cuando éste reflejo fantasmal aparece, lo vemos ahora como una persona real.

Sin embargo, el tercer componente para hacer que todo este conjunto de trucos se logre a la perfección, son las luces y las proyecciones las que complementan la magia: cuando está sucediendo 'la transformación' de la bestia, el fondo se hace oscuro y las luces ponen énfasis en la transfiguración, lo que da la oportunidad al animatrónico de elevarse desde el fondo del escenario para aparecer y descender con gracia, como si en realidad hubiese flotado.

Aunque sabemos que hay un montón de trucos de los que se valen las atracciones para convencernos de que la magia es real, no podemos negar que es asombroso el grado de detalle de los animatrónicos y la sincronización de éstos con las luces y efectos visuales, por algo se ha convertido en una de las atracciones favoritas de Disney en Japón.

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