Luis Ventura tras la golpiza: "Liberaron la seguridad para que nos cagaran a trompadas"

Luis Ventura fue agredido en un partido entre Victoriano Arenas y Ballester y tuvo que ser hospitalizado en el Sanatorio de La Trinidad de Palermo tras sufrir un fuerte golpe en la cabeza. Luego de haber recibido el alta, denunció que hubo una liberación de la zona para el ataque al conjunto visitante.
“Estoy medio mareado, en principio no sé si producto del golpe recibido, sino que, a lo mejor de haber visto tele toda la noche porque estuve desvelado. Estoy con mucha bronca”, reconoció desde la puerta del centro de salud ante la prensa, acusando los dirigentes y la policía que se encarga de velar por la seguridad en los partidos del ascenso.
En esa línea, enojado aseguró que la violencia en el fútbol es algo que se ve todos los fines de semana: “Se llenan la boca hablando de seguridad y la violencia está todos los fines de semana. Lo que pasó con Ballester también nos pasó en 2018, nos masacraron que me están pateando la cabeza en el piso”.
El periodista de espectáculos respondió al presidente de Central Ballester, Donato Lanzillotta, quien aseguró que fue “una exageración” la reacción del ataque: “Que deje su complicidad con el comisario que amparó todo esto. Vean en la página de Victoriano Arenas a los jugadores golpeados con facas tumberas. La policía se cagaba de risa, dejándolos pasar. Liberaron la seguridad para que nos cagaran a trompadas”.
“Esto es promovido por los barras y la dirigencia que después estaba en la comisaría queriendo hacer creer que nosotros nos queríamos robar un termotanque. Nos cagaron a trompadas”, explicó.
Por otro lado, el presidente de APTRA recordó cómo fue el momento de la brutal paliza y detalló: “Recuerdo que fui a sacar al arquero que lo estaban acosando cuatro tipos, uno con un arma blanca. Después me fui caminando tranquilo y me atacaron. Esto lo fomentan los malos arbitrajes. Victoriano estaba ganando y terminando adicionando 10 minutos y ni bien meten el gol Ballester termina el partido”.
“Está a la vista. Ya no pueden mentir más. Un día van a matar a alguien y después se van a lavar las manos y va a caer al olvido. No hay dudas que esto fue premeditado. Si me pegaba más arriba, me mataba”, afirmó el periodista, que afortunadamente recibió el alta porque los estudios le dieron bien: “Los números dan bien, pero el dolor en la cabeza lo tengo”.
Por último, dejó en claro que pese a la violencia que sufrió no va a renunciar como dirigente de Victoriano Arenas, sino “le estaría abriendo la puerta a las grandes mafias que nos cagan el fútbol argentino”. “A mí no me van a correr”, sostuvo enojado.