Ni princesas, ni muñecas: cómo Furia de Gran Hermano se volvió la superheroína de una niña de 6 años con cáncer

Nacionales 17 de junio de 2024 Por prensa
En octubre de 2023, el diagnóstico de un tumor poco frecuente les cambió la vida a Olivia y su familia. Una sala de espera y un televisor sin sonido iniciaron un fanatismo inesperado: “Yo quiero ser como ella”
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Hasta antes de octubre de 2023, Antonella Guebara jamás había pisado un hospital con su hija Olivia. La mujer pasaba sus días preparando tortas por encargo, mientras cuidaba a sus dos hijos y su marido trabajaba afuera de la casa. “A Oli la sacamos directo del jardincito, de su preescolar, a vivir prácticamente en el Garrahan”, contó en referencia al tratamiento que está realizando la niña de 6 años, quien padece un cáncer poco frecuente, conocido como Tumor de Wilms que, en su caso, está alojado en los dos riñones.

Desde que arrancaron con el tratamiento, Antonella estuvo en cada una de las 22 quimioterapias que enfrentó su hija. En esas largas horas de salas de espera y televisores en mute, la nena tuvo un momento epifánico. “Yo quiero ser como ella”, dijo, señalando la pantalla. Ahí fue cuando Furia, Juliana Scaglione de Gran Hermano, apareció en su vida. El flechazo fue inmediato.

Así, en el doloroso proceso de ver cómo a su hija se le empezaba a caer el pelo, Antonella descubrió cómo la niña se reflejaba en el personaje de un programa de TV, que no era de Disney, ni de Discovery Kids.

“Un día salimos de terapia intensiva, nos llevaron a una habitación común y estaba la tele prendida. Justo apareció Furia y a mi hija se le estaba cayendo el pelito. Quedó impactada. O sea, quedó maravillada con lo que estaba viendo”, rememoró. “Oli la vio, se alegró de repente. Furia da esa imagen de mujer fuerte, poderosa, totalmente rapada. Justamente en su inocencia, me dijo que quería ser como ella. ‘Yo no voy a estar mal, no voy a llorar porque yo me quiero ver como ella’”, repitió sus palabras.

Desde el diagnóstico, la vida familiar está dedicada a acompañar a la más chica de la casa las 24 horas del día. El emprendimiento de Antonella de pastelería, en pausa. Su marido se quedó sin trabajo y Santiago, su hijo más grande de 14 años, en una rutina que desconocía hasta hace pocos meses. “Todo esto nos dio vuelta la vida y tratamos de adaptarnos”, contó la mujer acerca de la situación que atraviesan.

“No le hacemos mal a nadie. Mi hija tiene el derecho. Así como un nene es hincha de un club de fútbol y quiere que su equipo gane, mi hija simplemente eligió Furia y yo la voy a acompañar en esto, le guste a quien le guste”, sostuvo. Y cerró: “Ella me lo dice y nos lo dice a la familia. Oli quiere no tener vergüenza, quiere que si ella sale a la calle no la miren como si fuera raro ir peladita con una sondita en la nariz. Quiere que dejemos de mirar al otro, cree que hay que ser feliz con lo que uno es”.

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