
En una inspección reciente, los expertos no detectaron daños permanentes. Sin embargo, confirmaron que la estructura ha “perdido sus funciones principales de seguridad, incluida su capacidad de confinamiento”.


El mandatario viajaba junto al canciller Hossein Amirabdollahian y otros altos funcionarios, quienes también fallecieron, cuando la nave que los trasladaba sufrió un incidente cerca de Jolfa, en la frontera con Azerbaiyán
Internacionales20 de mayo de 2024
Prensa
Tras varias horas de intensas búsquedas finalmente se confirmó la muerte de Ebrahim Raisi, el jefe de Estado de línea dura de Irán. El helicóptero en el que se trasladaba el mandatario junto a otros altos funcionarios se estrelló cerca de la frontera con Azerbaiyán.


Junto al mandatario, a bordo del aparato también iban el ministro de Asuntos Exteriores, Hossein Amirabdollahian, el gobernador de la provincia iraní de Azerbaiyán Oriental, Malek Rahmati, y otros funcionarios y guardaespaldas, informó la agencia estatal de noticias IRNA. A bordo también se encontraba el ayatolá Al-Hashemi, Imam de la Mezquita de Tabriz.
Las malas condiciones climáticas dificultaron las tareas de rescate que se extendieron por largas horas.
El helicóptero en el que viajaban Raisi era un Bell 212 que formaba parte de un convoy de tres aparatos. El ministro del Interior, Ahmed Vahidi, en un primer momento se refirió a un “aterrizaje brutal” del helicóptero, pero sin dar mayores detalles. Las otras dos naves, en cambio, aterrizaron sin problemas en Tabriz, en el noroeste de Irán.
Inmediatamente, el régimen organizó una reunión de emergencia presidida por el primer vicepresidente, Mohammad Mokhber, quien asumirá las funciones de presidente hasta la celebración de elecciones en un plazo de unos 50 días.


En una inspección reciente, los expertos no detectaron daños permanentes. Sin embargo, confirmaron que la estructura ha “perdido sus funciones principales de seguridad, incluida su capacidad de confinamiento”.

En una reunión celebrada en el Palacio de Itamaraty, el presidente brasileño Lula, defendió que el fin de la jornada 6x1 y la posible reducción de la semana laboral de 44 horas a 40 horas son pasos necesarios que reflejan los avances de la sociedad moderna.







