EL RELOJ DEL FIN DEL MUNDO ESTÁ MÁS CERCA DE MARCAR LA MEDIANOCHE

Internacionales 31 de enero de 2023 Por Betina Almada
Las manecillas del reloj ahora están a 90 segundos de marcar la medianoche, que es la hora del “fin del mundo”. Esta es “una metáfora de lo cerca que está la humanidad de la autoaniquilación”, explica el Boletín de Científicos Atómicos, el grupo de expertos que establece el movimiento de las manecillas.
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La hora en el Reloj del Juicio Final nos dice cuán preocupados están actualmente los científicos de que la humanidad se destruya a sí misma. ¿Por qué se adelantó?

Recientemente, la Junta de Ciencia y Seguridad del Bulletin of the Atomic Scientists (en español, Boletín de los Científicos Atómicos) anunció que se adelantaron las agujas del "Reloj del Juicio Final". Esta metáfora se refiere a una representación visual del tiempo restante para la llegada del fin del mundo.

Las manecillas del reloj ahora están a 90 segundos de marcar la medianoche, que es la hora del “fin del mundo”. Esto es lo más cerca que ha estado el reloj de esa hora, los últimos tres años había permanecido a 100 segundos de la medianoche.

En un comunicado, el Boletín explicó que este año se adelantaron las manecillas “debido en gran parte, pero no exclusivamente, a la invasión de Ucrania por parte de Rusia y al mayor riesgo de una escalada nuclear”. Así mismo, mencionaron que las amenazas por la crisis climática y el “desmoronamiento de las normas e instituciones mundiales necesarias para mitigar los riesgos asociados al avance de las tecnologías y a amenazas biológicas como el COVID-19″, fueron otras dos de las razones detrás de la decisión.

"Vivimos en una época de peligro sin precedentes, y el Reloj del Juicio Final refleja esa realidad. 90 segundos para la medianoche es lo más cerca que ha estado el Reloj de la medianoche, y es una decisión que nuestros expertos no toman a la ligera. El gobierno de EE. UU., sus aliados de la OTAN y Ucrania tienen una multitud de canales para el diálogo; instamos a los líderes a explorarlos todos a su máxima capacidad para hacer retroceder el Reloj", dijo Rachel Bronson, Dra presidenta y directora ejecutiva del Boletín.

El Boletín de los Científicos Atómicos, una publicación académica dirigida al público general para informar sobre los peligros y las implicaciones de la tecnología nuclear y otras formas de tecnología peligrosa, fue creado en 1945 por Albert Einstein y los científicos de la Universidad de Chicago que ayudaron a desarrollar las primeras armas atómicas en el Proyecto Manhattan durante la Segunda Guerra Mundial.  

Dos años después, el coeditor Hyman Goldsmith le pidió a la artista Martyl Langsdorf que creara un diseño para la portada de la edición de junio de 1947 del Boletín, la primera publicada como revista en lugar de boletín. Al principio Martyl, que estaba casada con un físico del Proyecto Manhattan, consideró usar el símbolo del uranio (combustible para las bombas atómicas). Pero mientras escuchaba a los científicos que habían trabajado en la bomba discutir las consecuencias de la nueva tecnología y su responsabilidad de informar al público, sintió su sentido de urgencia. Dibujó entonces un reloj para advertir a la humanidad cuán cerca estamos de la destrucción de nuestro planeta con tecnologías creadas por nosotros mismos. Se trata de una metáfora, un recordatorio de los peligros que debemos abordar si queremos sobrevivir. 

Desde entonces, el Reloj del Juicio Final avanzó y retrocedió varias veces. En 1991, por ejemplo, el final de la Guerra Fría hizo que el Boletín fijara el reloj en 17 minutos para la medianoche. Este año, en cambio, estamos lo más cerca de la medianoche de lo que jamás hemos estado.

Los motivos para adelantar las agujas, en gran parte pero no exclusivamente, los crecientes peligros de la guerra de Rusia contra Ucrania y las amenazas de Rusia de usar armas nucleares (en palabras de la Junta, "la posibilidad de que el conflicto pueda salirse del control sigue siendo alta").

Esto, a su vez, socava los esfuerzos globales para combatir el cambio climático, sumando otro motivo. Los países que dependen del petróleo y el gas rusos buscaron diversificar sus suministros y proveedores, lo que llevó a una mayor inversión en gas natural cuando dicha inversión debería haberse reducido.

En este contexto, agregan, las acusaciones de Rusia de que Ucrania planeaba utilizar dispositivos de dispersión radiológica (una combinación de explosivos también conocidos como "bomba sucia"), armas químicas y armas biológicas adquieren un nuevo significado. 

En resumen, la invasión rusa aumentó el riesgo del uso de armas nucleares, despertó el espectro del uso de armas biológicas y químicas, paralizó la respuesta mundial al cambio climático y obstaculizó los esfuerzos internacionales para abordar otras preocupaciones globales.

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