Una mujer de 23 años murió después de un brutal ataque por una jauría mientras se ejercitaba en la localidad de Alabardón, a 15 kilómetros al norte de la capital de San Juan. El horror tuvo a su hermano como testigo: había recibido la llamada con el pedido de ayuda, pero no llegó a tiempo para salvarla.

La víctima había salido a correr ayer a las 19 como parte de su rutina de entrenamiento. El recorrido arrancó por la calle La Laja, en la Villa Ampakama, donde vivía, hasta que se interrumpió cuando un grupo de al menos siete perros, aparentemente sin dueño, la atacó en manada.

 Según informó Diario de Cuyo, la mujer intentó escapar del ataque, pero los animales la siguieron, le mordieron sus piernas y brazos. Por un momento, se habría resguardado entre los montes de un descampado de la zona.

Ledesma llamó por teléfono a su hermano, que es policía, para que la ayude. La comunicación se produjo en el momento del ataque. A los pocos minutos, el hermano llegó y encontró a la mujer estaba tendida en una huella, a 300 metros al noroeste del lugar inicial, al costado de una finca.

De acuerdo a la prensa cuyana, los perros aún estaban presentes y el hombre los espantó con disparos de su arma reglamentaria. La joven, mientras tanto, yacía inconsciente. Cuando la identificó, Florencia “ya no podía ni hablar”, según declaró el familiar.

Inmediatamente, el agente policial llamó a una ambulancia. La víctima fue trasladada al hospital José Giordano de Albardón sin signos vitales y, luego de 40 minutos de trabajos de reanimación, los médicos constataron su fallecimiento.

Según el Ministerio Público Fiscal, la chica murió debido a las heridas que presentaba en los brazos, torso y piernas. Personal de la UFI Delitos Especiales trabaja en la investigación del hecho. Personal de la Sección Criminalística trabajó en el hospital departamental y después el cuerpo de Florencia fue enviado a la Morgue Judicial para que se le haga la autopsia correspondiente.

La Unidad Fiscal de Delitos Especiales se hizo cargo de la investigación y trataba de averiguar si los perros que protagonizaron el ataque tenían dueño, quien podría ser acusado de homicidio culposo. Los indicios apuntan a que los canes eran salvajes.