Día de la Independencia: Javier Milei no hará el desfile militar para ahorrar fondos

La imagen del presidente Javier Milei con su vice, Victoria Villarruel, saludando sonrientes desde un tanque durante el desfile militar por el 9 de julio quedó muy lejos. No solo porque la relación entre el binomio presidencial está rota más allá de cualquier reconciliación, sino también porque el libertario decidió no repetir el tradicional evento que había recuperado su gestión. En su lugar, volverá a viajar a la histórica Casa de Tucumán con parte de su Gabinete.
La última foto con Villarruel
El último Día de la Independencia fue uno de los hitos del primer año de gobierno del libertario, marcado por la firma del Pacto de Mayo -originalmente previsto para dos meses antes- junto a los 18 gobernadores que viajaron a Tucumán para acordar los puntos que asentarían las bases para refundar la Argentina.
Al día siguiente, el mandatario había encabezado un gran desfile militar en la Ciudad de Buenos Aires junto a Victoria Villarruel, con quien ya había acumulado severas tensiones durante los primeros seis meses de gestión. Fue la última imagen de camaradería compartida por ambos.
La vice sería completamente marginada del Ejecutivo poco después, al punto de que Milei ni siquiera la saludó durante su encuentro en la Catedral Metropolitana por el Tedeum del 25 de mayo. "Roma no paga traidores", escribió el libertario más tarde en sus redes.
La motosierra llegó al Día de la Independencia
Un año después, no solo no habrá foto con Villarruel, sino tampoco desfile. Según aseguraron desde el Ministerio de Defensa, simplemente se decidió hacer algo distinto por la fecha patria. Sin embargo, trascendidos dieron cuenta de que el motivo real fue evitarle el gasto a las arcas públicas.
La edición de 2024 había contado con más de 6.000 efectivos de las Fuerzas Armadas y 2.000 excombatientes de Malvinas, que marcharon sobre la avenida Del Libertador en el barrio porteño de Palermo. Aquel despliegue tuvo un costo superior a los 720 millones de pesos, que actualizados por inflación hubieran llegado este año a cerca de los 1.000 millones.
Así, Milei abandonó la tradición que había recuperado su Gobierno -y antes el de Mauricio Macri- luego de que la gestión de Alberto Fernández, siguiendo los pasos de los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner, interrumpiera los desfiles castrenses.
Un nuevo viaje a Tucumán
Sin embargo, desde Defensa señalaron que pueden haber procesiones militares en algunas provincias, que correrían por cuenta de las arcas locales. Ese será el caso de Tucumán, a donde viajará el presidente para participar de la tradicional vigilia por el 9 de julio en la Casa Histórica de la Independencia, según confirmó este viernes el gobernador local, Osvaldo Jaldo.
Los preparativos ya están en marcha y según reportaron medios locales la organización de la vigilia incluirá un acto cultural en el Teatro San Martín a las 20:30 y luego el traslado hacia la Casa de Tucumán. Allí se realizará el acto central de la medianoche con la presencia de autoridades nacionales, provinciales y representantes de distintas fuerzas.
"El presidente llegará a Tucumán el 8 a las 10 de la noche y participará de la vigilia, tal como lo hizo el año pasado", aseguró Jaldo en una conferencia de prensa, donde además destacó la expectativa sobre la llegada de numerosos ministros nacionales y gobernadores de distintas provincias, y agregó: "Dará su mensaje a la Nación y, luego de la vigilia, partirá hacia Buenos Aires para participar de otras actividades oficiales".
El jefe de Gabinete, Guillermo Francos, y el ministro de Defensa, Luis Petri, son algunos de los funcionarios nacionales que ya confirmaron su presencia, según pudo saber MDZ.
En aquella gélida noche cuando se firmó el Pacto de Mayo, Milei enumeró los 10 puntos acordados con los gobernadores y proclamó la "reconstrucción del edificio de la Nación". Recién un año después, el Consejo de Mayo encargado de impulsar esas medidas tuvo su primera reunión, mientras el Gobierno atraviesa un contexto complejo con las provincias producto de los crecientes reclamos por la caída de la coparticipación.
En ese marco, con la amenaza en puertas de que esas presiones alimenten las avanzadas opositoras en el Congreso, el presidente se dirigirá a la Nación nuevamente desde la Casa de Tucumán. Hasta ahora, el contenido de su mensaje es una incógnita.