Ricardo González, el primer gran capitán argentino, cumple 100 años

DeportesHace 5 horas Por Prensa
Líder del seleccionado argentino campeón del Mundial de 1950, Primitivo llegó al centenar de vida. Toda una leyenda del deporte albiceleste.
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En el básquet y en el deporte argentino en general se habla mucho y se destaca a la Generación Dorada, quienes marcaron un hito muy importante al conseguir la medalla dorada en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004. Pero antes de este gran equipo, hubo otro que logró algo tan destacado y fue el seleccionado argentino que ganó el Mundial de 1950 jugado en el Luna Park.

 
Ese seleccionado argentino estuvo liderado por Ricardo Primitivo González. El primer gran capitán del equipo argentino. Este 12 de mayo de 2025, El Negro está cumpliendo la módica suma de 100 años de edad. Una leyenda viviente. El año pasado en una emotiva celebración, González regresó al emblemático Luna Park, el escenario donde hace 74 años vivió uno de los momentos más gloriosos de su vida.

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González encabezó un equipo que marcó un antes y un después en la historia del deporte argentino. Con su característico espíritu competitivo y su calidad humana, González se convirtió en un referente no solo dentro de la cancha, sino también fuera de ella. Su legado trasciende las décadas, siendo recordado como un jugador talentoso y solidario, cuyas metas siempre estuvieron alineadas con las del equipo.

Hace algunos meses, con motivo de la celebración de las dos décadas de la obtención de la medalla dorada en Atenas 2004, la Generación Dorada le rindió un cálido y merecido homenaje a uno de sus antecesores. El Negro estuvo presente en el Parque Roca y recibió un gran reconocimiento.

El regreso de González al Luna Park, donde se gestó la gesta histórica de 1950, fue un momento cargado de emoción y nostalgia. Así hablaba el Negro en su regreso al escenario donde se consagró icono.

 
"Cuando me dijeron que iba a venir al Luna me agarró una emoción muy grande. Para nosotros, los jugadores de mi época, jugar acá era una maravilla. Imaginate salir campeón mundial…", dice, evitando caer alguna lágrima, mientras hace un paneo visual por el lugar. "Es un privilegio estar acá, que hayan tenido esta idea, de volver para mi cumpleaños… Y hacerlo a mi edad… No sé, es especial. Algo muy emocionante", dice ya con los ojos algo vidriosos, mientras trata de recordar cuándo fue la última vez. "Uf, hace muchos años ya… Hubo un tiempo que yo trabajaba acá cerca, a tres cuadras, en una inmobiliaria, y venía mucho al Luna, porque tenía muy buena relación con Tito Lectoure, sobre todo para algunos espectáculos", comenta.

Los años pasan volando y cuando se le recuerda el tiempo que hace que se consagró campeón, no deja de sorprenderse. "Ah, 74 años", dice mientras lanza su particular risotada y abre el arcón de sus recuerdos. "Cuando terminó el partido la gente entró a la cancha y nosotros estuvimos un rato largo festejando. Una locura. Creo que si se hubiese jugado en cancha de Boca o de River, también se llenaba. En la previa no había entradas. Nuestros amigos y familiares nos tuvieron que esperar en el camino para poder entrar con nosotros", rememora mientras describe lo que fueron los festejos en el centro porteño que pasaron a la historia como La Noche de las Antorchas. "Era un mar de gente por las calles y a uno se le ocurrió agarrar un diario y prenderlo fuego, como armando una antorcha. Muchos se sumaron, en esa caminata por Corrientes hasta el Obelisco. Fue una cosa de locos", dijo.

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