El volante Cristian Medina decidió ejecutar la cláusula gracias al desembolso de u$s15 millones por parte del grupo empresario que maneja Foster Gillett. Así las cosas, dejaría Boca para irse a Estudiantes.

Después de ser apartado por Fernando Gago y en medio de un conflicto, su inesperado destino sería La Plata, donde jugaría por seis meses. Foster Gillett, quien recientemente se asoció con Estudiantes, impulsó la operación al pagar la cláusula de rescisión, asegurando la transferencia.

La noticia fue inesperada en el entorno de Boca, pero bien recibida por Juan Román Riquelme y su equipo. La razón principal es que Medina había quedado relegado tras negarse a jugar contra Gimnasia en la Copa Argentina, expresando su descontento por no ser transferido al Fenerbahçe. Desde entonces, Gago decidió apartarlo del equipo y buscar una salida para el jugador en este mercado de pases.

Desde aquel episodio, Gago tomó la decisión de no convocar a Medina, exigiéndole un cambio de actitud futbolística. Pese a nuevas reuniones entre el cuerpo técnico y el jugador, la postura de Medina de emigrar a Turquía no varió, lo que llevó al DT a descartarlo. Finalmente, el mediocampista comenzó a entrenar de manera diferenciada del resto del plantel.

La relación entre Boca y Medina se deterioró irreversiblemente, y el Consejo de Fútbol decidió abrirle las puertas siempre que llegara una oferta significativa, acorde a su talento y proyección.

La sorpresa mayor es que el destino de Medina parece estar en el fútbol argentino, más específicamente en Estudiantes. Foster Gillett, quien recién invirtió en el club platense, facilitó este movimiento.