El violento ataque que sufrió Gastón Burlón, exsecretario de Turismo de Bariloche y actual presidente de la Cámara Argentina de Turismo Estudiantil, durante un paseo familiar en Río de Janeiro, todavía genera conmoción.

Mientras el funcionario permanece en coma inducido tras recibir un disparo en la cabeza, su pareja, Nadia Loza, brindó un desgarrador relato sobre los momentos de terror que vivieron al ser asaltados en la favela Morro dos Prazeres.

“Estábamos siguiendo las indicaciones del GPS hacia el Cristo Redentor. Todo parecía normal hasta que dos hombres armados nos sorprendieron y dispararon sin darnos tiempo a reaccionar”, contó Loza, aún impactada por lo ocurrido el domingo.

Según su testimonio, los disparos desataron el caos: el vehículo que manejaba Burlón chocó contra una pared y su hijo mayor, Agustín, salió a enfrentar a los delincuentes. “¡Mataste a mi papá!”, gritó desesperadamente.

Loza narró que, tras los disparos, vio que Burlón aún respiraba y trató de asistirlo hasta la llegada de los bomberos, quienes lo trasladaron al Hospital Municipal Souza Aguiar. Allí, un equipo médico logró estabilizarlo y realizarle una intervención quirúrgica para intentar salvarle la vida.

Cómo sigue el estado de salud de Burlón
El último parte médico informó que Burlón sigue en estado grave, en coma inducido, pero con signos de estabilidad. “Vivimos una pesadilla que no olvidaremos, pero tenemos fe”, expresó Loza, quien aseguró que la prioridad ahora es la recuperación de Gastón y la contención de su familia tras el traumático episodio.

La pareja de Burlón, que también es secretaria de Turismo en Salta, agradeció el apoyo recibido por autoridades argentinas y brasileñas, además de destacar la labor de los bomberos y el personal médico que asistió al funcionario.

Mientras el ex secretario de Turismo lucha por su vida, la policía brasileña detuvo a un sospechoso. Se trata de Sandro da Silva Vicente, alias “Sandrinho”, un hombre con un extenso historial delictivo, que ya fue indagado. Buscan a su cómplice.

Aunque las autoridades avanzan con la investigación, el caso evidencia los riesgos que aún persisten para los turistas en algunas zonas de Río de Janeiro, donde las favelas y las rutas turísticas a menudo se entrecruzan de manera peligrosa.