La caída del dictador Bashar al-Assad generó un verdadero sismo en Medio Oriente. Ahora, las consecuencias de su régimen comienzan a salir a luz y permiten ver la magnitud de los hechos en ese país. 

Assad huyó de Siria, pero su legado comenzó a ser revelado de una manera siniestra: un grupo de defensa civil encontró al menos 100.000 cadáveres enterrados en fosas comunes. Se estima que en el país hay 150 mil personas con paradero desconocido.

Se trata de individuos que fueron detenidos por la policía secreta de Assad y torturadas hasta la muerte. El encargado de confirmar el hallazgo fue Mouaz Moustafa, director ejecutivo de Syrian Emergency Task Force (SETF), grupo de defensa anti-Assad con sede en Estados Unidos.

Los cuerpos encontrados en fosas comunes son el resultado de años de búsqueda que, obviamente se aceleró tras la caída del dictador. El lugar, estaría ubicada en la ciudad de Qutayfah, a unos 45 kilómetros de Damasco. Moustafa señaló que los sepultureros que trabajaron en el sitio le informaron que “cuatro camiones con remolque de tractor, cada uno con más de 150 cuerpos en cada uno, vinieron dos veces por semana desde 2012 hasta 2018”.

“El conductor de la excavadora describió cómo los agentes de inteligencia obligaban a los trabajadores a utilizar la excavadora para aplanar y comprimir los cadáveres a fin de que encajaran y fuera más fácil enterrarlos antes de excavar la siguiente línea/zanja”, explicó Moustafa.

Por otra parte, el lunes se divulgó otro hallazgo de más de 20 cadáveres en una fosa común al norte de Izraa, en la provincia de Daraa. Videos de la agencia de noticias Agence France-Presse muestran a hombres excavando y sacando restos humanos de la tierra. Otro muestra dos hileras de cuerpos cubiertos tendidos en el suelo y una excavadora que intenta suavemente excavar la capa superior de la tierra.