El tejido de poder de Claudio Chiqui Tapia sufrió en los últimos días un cimbronazo inesperado con la detención de Alicio Dagatti, el presidente de Estudiantes de Río Cuarto (Córdoba) que integra el ala de clubes que apoyan la gestión del oficialismo en AFA. El mandatario del “León” del sur cordobés fue aprehendido en el marco de una seria causa por presunta asociación ilícita.
Según dio a conocer el fiscal de Delitos Complejos N° 1 de Córdoba, Enrique Gavier, Dagatti y otras tres personas habrían quedado señaladas como integrantes de una banda que se habría encargado de proveer de drogas, teléfonos y otros artículos prohibidos a los internos del penal de máxima seguridad de Bouwer en Córdoba. Todo ello mediante el ingreso de camiones frigoríficos de la empresa Livorno al establecimiento, una compañía propiedad del riocuartense.
La investigación, que tiene al menos un año de antigüedad y se llevó a cabo bajo un estricto secreto de sumario, terminó con Dagatti detenido junto con otras tres personas más. Ellos serían su hijo Ignacio Dagatti, el administrativo Luis María Mina y Maximiliano Gastón Irusta, un empleado de la empresa de transportes que trabaja para la compañía señalada.

La imputación que recayó sobre ellos fue la de supuestos autores del delito de asociación Ilícita en los términos del artículo 210 del Código Penal.

Dagatti y Chiqui Tapia
La relación entre Dagatti y Tapia habría sido cercana en el último tiempo. Con al menos un paso del presidente de AFA registrado en las instalaciones de Estudiantes de Río Cuarto, el empresario del sur cordobés ganó importancia dentro del entramado de la Primera Nacional, torneo en el que milita su institución.
Para Dagatti, la presidencia de Estudiantes se volvió un hecho en 2015, casi al mismo tiempo en el que Tapia comenzó su escalada en el poder dentro de AFA. Como titular del “León”, el empresario se anotó un ascenso del Federal A a la Primera Nacional, y llegó a disputar dos finales que daban acceso a la Liga Profesional (perdió a las dos).