¿Podría Donald Trump gobernar desde prisión?

InternacionalesEl viernes Por prensa
El juez Merchan debe decidir qué pena imponerle a Trump, ya sea como presidente electo o candidato derrotado si pierde las elecciones frente a su rival demócrata, la actual vicepresidenta Kamala Harris.
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La pena máxima que le podría imponer es de hasta cuatro años de prisión. Sin embargo, podría inclinarse por una sentencia más corta, aplicarle solo una multa o incluso otorgarle la libertad condicional. La pregunta que se hacen hoy todos los estadounidenses es si el resultado de las elecciones influirá o no en su decisión.

Pocos creen que el magistrado podría decidir mandar a la cárcel a un presidente electo en medio de un escenario de absoluta polarización. Y más aún después de los atentados frustrados que sufrió el magnate neoyorquino en el tramo final de la campaña, con odios cruzados y discursos violentos.

Si bien no hay antecedentes de un jefe de Estado gobernando detrás de las rejas, sí hubo un candidato presidencial que hizo campaña desde su celda. Eugene Debs, como candidato del Partido Socialista, obtuvo el 6% de los votos en las elecciones generales de 1920. Estaba preso bajo el cargo de sedición porque se había opuesto a la I Guerra Mundial. Salió de la cárcel un año después.

El prontuario de Trump no impidió su candidatura. Y menos le pondría trabas para gobernar, más allá de las limitaciones de movimiento y espacio que tendría en prisión. La Constitución estadounidense establece escasos requisitos de elegibilidad para los presidentes. La lista es muy escueta: tener al menos 35 años y haber nacido y vivido en el país por lo menos durante 14 años. En ningún lugar establece excepciones por antecedentes penales o por estar cumpliendo una condena en prisión.

El argumento sería simple: su encarcelamiento le impediría cumplir sus obligaciones constitucionales como presidente.

Otra salida es que el gobernador de Nueva York, donde ocurrieron los delitos por los que fue condenado, lo indulte o conmute su sentencia. La Corte Suprema tendría aquí la última palabra. Otra posibilidad es que un fiscal general nombrado por Trump retire los cargos y de por terminados los casos federales. Pero el debate entre los juristas es interminable.

FUENTE: TN.

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