La poliomielitis es una enfermedad muy contagiosa que en 1 de cada 200 infecciones produce una parálisis irreversible (generalmente de las piernas), y entre 2 y 10 de cada 100 niños con poliomielitis paralítica fallecen por compromiso de los músculos respiratorios.  

En algunos países de Asia sigue habiendo personas con parálisis permanente debido a esta enfermedad y la polio aún no ha sido erradicada en todo el mundo, por los cual el virus sigue circulando. “La pandemia de COVID-19 nos ha enseñado la rapidez y facilidad con la que se propagan los virus, por lo que el principal factor de riesgo de que los niños menores de cinco años adquieran esta enfermedad es no contar con el esquema completo de la vacuna”, afirmó la representante de OPS/OMS en Argentina, Eva Jané Llopis.

Si bien Argentina no presenta casos desde 1984, la Comisión Regional para la Certificación de la Erradicación de la Poliomielitis de la Región de las Américas calificó al país con riesgo muy alto de tener circulación de poliovirus en caso de importación. “Esta definición surge del análisis de distintos factores entre los que se destacan como las mayores debilidades las coberturas de vacunación contra esta enfermedad, y la vigilancia a partir de la notificación de casos de parálisis flácida aguda, síntoma característico y más grave asociado con la poliomielitis”, detalló Jané Llopis.

En el país la vacuna antipoliomielítica inactivada está disponible en forma gratuita e incluida dentro del Calendario Nacional con un esquema de tres dosis a los 2, 4 y 6 meses de vida y un refuerzo a los 5 años. 

De acuerdo con los últimos datos del Ministerio de Salud de la Nación, 7 de cada 100 niños que reciben la primera dosis no tienen la tercera, y por ende, no están protegidos contra la enfermedad. Los datos de cobertura 2023 con el esquema inicial completo es de 73,67%, mientras que el objetivo es llegar al 95% o más.

También es importante contar con un sistema de vigilancia sensible de la parálisis flácida aguda para poder identificar oportunamente los casos sospechosos, y evitar la propagación rápida del virus en caso de reintroducción. “En la vigilancia es muy importante el rol del equipo de salud para estar alerta e investigar cuando una persona sufre debilidad o parálisis repentina de los músculos no asociada a traumatismos o tumores”, explicó la consultora nacional de Enfermedades Inmunoprevenibles de OPS/OMS en Argentina, Florencia Bruggesser.

Para ampliar las coberturas de vacunación contra la poliomielitis y otras enfermedades, la OPS en Argentina trabaja junto con los ministerios de Salud de la Nación y de las jurisdicciones para fortalecer los programas de inmunizaciones del país. Por ejemplo, todos los años durante la Semana de la Vacunación en las Américas se llevan adelante diversas actividades de promoción y recuperación de esquemas en ámbitos públicos y más allá de los espacios convencionales. 

Además con las jurisdicciones se trabajó en microplanificación, una metodología que facilita el desarrollo de manera ordenada de la programación, organización, coordinación, ejecución y evaluación de las actividades de vacunación en territorios priorizados, como municipios fronterizos y los que concentran mayor número de población, entre otras acciones.

“Tres décadas atrás la polio paralizaba cerca de 1000 chicos por día en 125 países, hoy celebramos que niñas y niños de Las Américas no sufren a causa de la enfermedad gracias al trabajo de Estados, equipos de salud, familias y todos los actores que cumplen un papel fundamental para que las vacunas lleguen a la comunidad. Hoy deseamos 30 años más libres de polio salvaje en las Américas, 30 años más de compromiso y dedicación”, expresó Jané Llopis.