Liberaron un cóndor andino en Piedra del Molino, Cachi
Wayna (joven en quechua), un cóndor andino macho fue liberado en Piedra del Molino, Cachi, luego de ser rescatado a fines de julio por personal de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable, y de Gendarmería Nacional. El cóndor había sido encontrado imposibilitado de volar, en una finca de El Encón Grande.
Un equipo formado por la veterinaria Luciana Borelli jefa de Programa Estación de Fauna Autóctona, y veterinarios que integran la EFA trabajaron en el proceso de cuidado, recuperación y liberación del cóndor andino (Vultur gryphus). Tras habérsele realizado los análisis, estudios necesarios, controlar su evolución favorable, y constatar el buen estado de salud del ejemplar de macho joven, dieron el alta al ave y coordinaron su suelta en el departamento de Cachi.
Desde el mirador de Piedra del Molino se pueden apreciar la Cuesta del Obispo y la Quebrada de Escoipe. En ese imponente paisaje, “Wayna” logró reinsertarse en su hábitat natural.
Fue posible realizar la rehabilitación en Salta, gracias a las mejoras de infraestructura llevadas a cabo en las instalaciones de la EFA, y a diferencia de ocasiones anteriores no fue necesario trasladar el animal rescatado a Buenos Aires.
Recordamos que el convenio con Fundación Bioandina continúa vigente. En ese marco, las muestras de plomo tomadas al cóndor se enviaron allí para su análisis. Mientras que en la Universidad Católica de Salta se desarrollaron los chequeos sanitarios bajo sedación, análisis de laboratorio, placas radiográficas y ecografías.
El cóndor andino
Es un ave carroñera que habita en la Cordillera de los Andes y las costas adyacentes del Océano Pacífico en el oeste de Sudamérica. Es la especie voladora más grande del mundo, por la medida combinada de la envergadura máxima de sus alas (3,3 metros) y su peso (15 kilogramos).
Su plumaje es negro con un collar de plumas blancas que rodea la base del cuello, especialmente en el macho, y grandes manchas blancas en las alas. La cabeza y el cuello casi no poseen plumas, son de un color rojo apagado, que puede enrojecerse y cambiar de color de acuerdo al estado emocional del ave.
La hembra es más pequeña que el macho, una excepción a la regla entre las aves de presa. Tienen una esperanza de vida de más de 70 años en algunos casos.