En un situación impensada, que parece sacada de una novela, Mayra Blasco, una marplatense, compartió su historia de amor y desilusión en TikTok. La mujer reveló detalles impactantes de su relación de siete años que incluyó convivencia, consulta con un especialista en fertilidad y una sorprendente ruptura.

A punto de cumplir los 40 años, Mayra decidió emprender la búsqueda de la maternidad y consultó con un médico especializado en fertilidad, acompañada por su pareja, Diego. La noticia sorprendente fue la respuesta de su entonces novio, quien tras esa búsqueda, decidió abandonar la relación con un simple “me voy”, sin dar demasiadas explicaciones.

Pero la historia no termina ahí. Mayra, en su relato sincero y emocional, compartió cómo descubrió un detalle que hizo que el impacto fuera aún mayor. Una nueva compañera de trabajo ingresó en la vida del novio, y ella, sintiendo la necesidad de aclarar las cosas, le preguntó si debía preocuparse. La respuesta fue un tranquilizador “no”. Sin embargo, un tiempo después, la mujer se topó con la dolorosa escena de su expareja paseando de la mano con esa misma persona por la concurrida calle Güemes.

Herida y en busca de superar la tristeza, Mayra decidió viajar a Europa con sus amigas. Fue allí cuando recibió la foto de su exnovio con la compañera de trabajo en cuestión, mientras ella intentaba curar sus heridas en el extranjero.

En un intento de cerrar el capítulo de su relación, meses después de la ruptura, extendió una invitación para tomar mates junto a su exnovio. Sin embargo, la respuesta fue otra decepción, ya que él declaró que no tenía ganas de verla ni de estar con ella.

Pero lo más impactante fue cuando una amiga de Mayra, el 14 de febrero de este año, le envió una noticia impensada: “Tengo que hablar con vos. Diego se casó”. La mujer, desconcertada y frustrada, expresó su incredulidad, ya que la separación ocurrió en agosto del año anterior, y en febrero su exnovio ya estaba casado, es decir, poco más de cinco meses después de la separación.

Lo más desconcertante de todo fue que Diego contrajo matrimonio con la misma compañera de trabajo que había ingresado en sus vidas poco antes de la ruptura. La ironía alcanzó su punto máximo cuando se reveló que, meses antes de la boda, Diego había ido a la casa que compartía con Mayra para buscar unos zapatos marrones, calzado con el que terminó dando el sí en el altar.