El Ministerio de Economía anunció este jueves que en abril registró un superávit fiscal financiero por cuarto mes consecutivo, algo que no ocurría desde 2008. El resultado se dio principalmente por un recorte real en las prestaciones sociales, que tienen a las jubilaciones como una de las principales partidas.

El superávit fiscal primario arrojó un saldo positivo de $264.952 millones (0,7% del PBI), cuando en el mismo mes de 2023 se había verificado un déficit de más de $330.000 millones. Si bien en términos interanuales tanto los ingresos como los gastos crecieron por debajo de la inflación acumulada, los últimos quedaron aún más rezagados (-8,6% vs -28,6% en términos reales).

Dentro del gasto la contracción real que más incidencia tuvo en el número final fue la que se verificó en prestaciones sociales, que subieron un 221,5% anual. Jubilaciones y pensiones representaron más de un tercio de la poda que el Estado Nacional hizo a sus erogaciones en pesos.
Los otros dos segmentos más importantes, que son los gastos de funcionamiento y los subsidios económicos (por tarifas energéticas fundamentalmente), también tuvieron una baja significativa. En el caso de los subsidios hubo, no obstante, un incremento del 100% mensual.
Asimismo, donde mayor "motosierra" se vislumbró fue en las transferencias a provincias y a universidades, pese a que ambas pesan poco sobre la estructura total de gasto.

Por el lado de los ingresos resaltó una caída real en la mayoría de los impuestos, particularmente en ganancias, compensada parcialmente por la mejora del Impuesto PAIS.

Mientras tanto, el resultado financiero arrojó un superávit de $17.409 millones, equivalente al 0,2% del PBI.