Una familia denunció a una pediatra del hospital Diego Paroissien de Maipú, en la provincia de Mendoza, por presunta mala praxis. La investigación en curso intenta determinar las causas que produjeron la muerte del bebé que tenía apenas un mes de vida.

Vanina Foundes Martínez siguió el crecimiento del niño y lo calificó como "un bebé completamente sano".

La mujer contó que la primera vez que le llamó la atención una de las indicaciones de esta médica fue cuando le suministró pastillas a su hijo de 6 años, quien había comenzado con algunos malestares. El niño no las soportó y las vomitó. Al rato, el bebé estornudó y eso alarmó a la madre.

En su desesperación por la salud de su bebé, acudió al hospital de la zona en el que, casualmente, volvió a encontrarse con su doctora de cabecera. Ella volvió a ratificar que su hijo se encontraba perfecto y que apenas tenía moco, pero "que por su seguridad", le recetaba un jarabe. Ese jarabe tenía azitromicina.

Con muchas dudas, la familia aceptó y se volvió a su casa. Durante la madrugada, y tras haberle suministrado solo la mitad de la dosis indicada por la doctora, la madre contó un relato escalofriante: "Mi bebé comenzó con sangrado en su nariz y también a vomitar el jarabe, con sangre. Ya estaba frío y, a pesar de que nos trasladamos rápido, llegó al hospital sin signos vitales".

El fiscal de Homicidios Gustavo Pirrello investiga el caso, mientras que desde el propio hospital argumentan que el niño se broncoaspiró. "Yo no leí el prospecto, pero mi familia sí y me indicó que ese tipo de droga se administra en bebés mayores a seis meses", cerró.