EFECTO DE LA GRASA Y EL AZÚCAR EN EL CEREBRO SEGÚN LA CIENCIA

Es normal escuchar que muchas personas acuden a las comidas altas en grasa o en azúcar cuando quieren un “impulso” en su vida diaria. Sin embargo, estas sustancias, que están presentes en muchos alimentos, también pueden ser causantes de adicción a la comida. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el mundo, más de mil millones de personas son obesas: unos 650 millones de adultos, 340 millones de adolescentes y 39 millones de niños. Sin embargo, esta cifra se mantiene en aumento, por lo que el ente sanitario internacional advirtió que, para 2025, otras 167 millones de personas (entre niños y adultos) se volverán menos saludables por sobrepeso u obesidad.
Pese a que muchas personas piensen que la adicción solo se relaciona con el alcohol, el cigarrillo u otra clase de sustancias, la compulsión por la comida afecta hasta al 14 % de los adultos e incluso al 12 % de los niños, según una investigación realizada a comienzos de este año. Y la razón podría encontrarse en cómo se fabrican estos alimentos.
La industria alimenticia, desde la incorporación de los alimentos ultraprocesados, apela a los sensores de grasa y azúcar que tiene el organismo. El objetivo es la liberación de dopamina, conocida como la “hormona de la felicidad”. Esta sustancia es un neurotransmisor que, lejos de lo que se cree, no eleva el placer, sino que impulsa al organismo a repetir comportamientos que para sobrevivir, como es consumir alimentos nutritivos o reproducirnos. De esta manera, cuánta más se libere, es más probable que se reitere el comportamiento.
Hasta el momento, la ciencia logró documentar la influencia de la grasa en el cerebro, ya que genera un impulso en el intestino superior que se transmite por el nervio vago (responsable de controlar distintas funciones inconscientes como la digestión y la respiración) mediante el rombencéfalo hasta el cuerpo estriado. Sin embargo, los expertos no pudieron advertir cómo se señala exactamente la presencia de azúcar.
Algunas investigaciones indican que los alimentos ricos en grasa y azúcar pueden elevar la dopamina en el cuerpo estriado hasta un 200% por encima de los niveles normales, una cifra equivalente se registró con la nicotina y el alcohol, siendo que en el caso del azúcar creció entre un 135 y 140% y para la grasa se elevó 160%, aunque con un efecto retardado.
La industria alimenticia también analizó cómo la comida afecta al cerebro, es por eso que se desarrollan cada vez más alimentos que provoquen una sensación irresistible de ingerirlos, ya sea por las sensaciones al comerlos como por la estimulación que generan en el organismo. En este punto, la grasa y el azúcar son esenciales.
Lejos de las prácticas tradicionales, las comidas ultraprocesadas no utilizan alimentos integrales, sino “sustancias extraídas de los alimentos, como almidones y grasas hidrogenadas. Los aditivos como los sabores artificiales, los emulsionantes (que mantienen el aceite y el agua mezclados) y los estabilizadores (que conservan la estructura o la textura de los alimentos) hacen que los alimentos sean más atractivos, pero en última instancia, en detrimento nuestro”, describen los expertos.