VIVA EL SEÑOR DEL MILAGRO
Fieles al Señor y a su sacrificio, la gratitud, en ti creemos y en ti esperamos. Un año más todos juntos con fe, aquí estamos y estaremos.
Foto: Mariana Frías
Las heridas del Señor crucificado y resucitado son los pobres y los pecadores, los excluidos y los que no tienen esperanza, los enfermos y los abandonados, los pecadores y los maltratados.
Las heridas de nuestro Señor son también las heridas de nuestra patria que no logra encontrar un camino de fraternidad y que hiere la confianza de nuestros jóvenes.
Todas estas heridas reclaman nuestro testimonio del amor de Dios que se hace servicio, confianza, compromiso ciudadano.
Monseñor Mario Cargnello