Protocolo especial en las escuelas porteñas para evitar un brote de sarampión

Con el inicio de clases, el Gobierno porteño activó un protocolo de acción ante casos de sarampión que puedan presentarse en alumnos. Esta enfermedad es altamente contagiosa, pero puede prevenirse con la vacunación pertinente. Es fundamental actuar rápidamente ante la detección del caso, lo que motiva a los ministerio de Salud y Educación a llevar adelante una estrategia conjunta.
Para identificar un caso sospechoso, sea alumno, docente o personal escolar, los síntomas más comunes son fiebre alta superior a los 38 grados, la aparición de una erupción cutánea y presentación de cuadros de tos, conjuntivitis o secreciones nasales. Ante la detección de estos síntomas, se deben seguir distintos pasos desde la institución escolar:
-Aislamiento de la persona afectada, retirándose de inmediato de la escuela, evitando el contacto con terceros y usando barbijo.
-Comunicar de este caso a las autoridades sanitarias de la Ciudad de Buenos Aires.
-La persona afectada debe acudir obligatoriamente a un centro de salud para que se evalúe su situación y obtener un diagnóstico.
Mientras tanto, la escuela debe llevar adelante un operativo de identificación de contactos cercanos que el afectado haya tenido, ya sean alumnos, docentes y trabajadores del centro educativo. El contacto estrecho es entre los cuatro días previos y los posteriores a la detección de la erupción cutánea.
Vacunación, prevención y control del sarampión
Los menores de cinco años deben tener una dosis de la vacuna triple viral, mientras que los mayores de 5 y hasta los 60 años deben tener dos dosis de la vacuna doble o triple viral. Quien no tenga el esquema completo deberá vacunarse dentro de las 72 horas posteriores al contacto estrecho.
En cuanto a la prevención y el control de esta enfermedad, se coordinará con las autoridades sanitarias una aplicación de vacunas de bloqueo para estudiantes y docentes que lo necesiten. Luego de detectar un caso deben ventilarse y desinfectarse las aulas y espacios comunes de la escuela. Luego, debe realizarse un monitoreo durante los 30 días siguientes a la detección del infectado, principalmente sobre las personas expuestas al virus.
En este panorama, las autoridades de cada escuela deberán notificar a la familia explicando la situación y recordando la importancia de aplicarse la vacuna correspondiente. Además debe informarse que, en caso de presentar síntomas, no debe enviar al alumno a la escuela y debe dirigirse a un médico inmediatamente para tener un diagnóstico.