Brasil: los primeros casos de rabia en su variante ‘Ilha Anchieta’ en ‘carpinchos’

Los primeros casos de rabia en carpinchos en la costa de São Paulo alertan sobre el monitoreo del virus.
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El carpincho (Hydrochoerus hydrochaeris) es un roedor herbívoro anfibio, el mayor exponente de esta familia que aun sobrevive. Vive en América desde Panamá pasando por toda Sudamérica y hasta la Patagonia argentina. Es un animal emblemático de muchas culturas indígenas de la zona y puede sufrir varias enfermedades entre ellas la rabia.

Es una especie ampliamente distribuida y sin problemas de conservación, aunque en algunas regiones se han reducido sus poblaciones ya que se los caza por su carne y por el cuero, muy apreciado en marroquinería. Con frecuencia los carpinchos se ven afectadas por enfermedades infecciosas, víricas y parasitarias.

La variante detectada en Ilha Anchieta, en el municipio de Ubatuba, era la misma que portan los murciélagos vampiros comunes, que probablemente se alimentaron de la sangre de los roedores en un momento de alteración del hábitat.

Tres carpinchos fueron encontrados muertos en Ilha Anchieta, en el municipio de Ubatuba (estado de São Paulo, Brasil), entre diciembre de 2019 y enero de 2020. Y dos de los ejemplares exhibían signos de parálisis de sus patas traseras antes de morir. Los análisis de sus cerebros, realizados en el Instituto Pasteur, en la ciudad de São Paulo, determinaron la causa de la muerte de esos animales: encefalitis causada por el virus de la rabia.

Este tercer informe de casos de rabia en carpinchos en el mundo, y el segundo en Brasil, salió publicado en la revista Veterinary Research Communications. En el referido estudio, que contó con el apoyo de la FAPESP, también se detectó que la variante del virus hallada en los tres animales es la misma presente en los murciélagos vampiros comunes (Desmodus rotundus).

El único caso anterior de rabia de carpinchos en Brasil se había publicado en 1985. En el mundo, solamente se informó acerca de otro caso en el norte de Argentina, en el año 2009. Y únicamente en el estudio actual se concretó la tipificación de la variante vírica encontrada. No existen informes de casos de rabia humana transmitida por carpinchos. No obstante, generalmente los accidentes en los cuales personas han sido mordidas por estos animales han causado grandes lesiones. Aún no se sabe si la saliva de los carpinchos contiene el virus, tal como sucede con los murciélagos, que son reservorios del patógeno.

“Por eso mismo, la vigilancia epidemiológica debe proseguir, a los efectos de entender el papel de los carpinchos en el ciclo del virus, entre otras cosas. Es muy posible que estos animales sean los hospedantes finales, que se mueren sin transmitirles el virus a otros animales. Pero para confirmarlo debemos realizar nuevos estudios”, afirma el investigador.

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