Los rebeldes sirios apuran la transición para evitar conflictos internos y la irrupción del Estado Islámico

Internacionales09 de diciembre de 2024 Por prensa
Hay demasiadas facciones armadas en disputa. Los grupos islámicos intentan alejar el riesgo de una desintegración. Turquía y los kurdos tienen un rol clave.
ASD

Los rebeldes islámicos que derrocaron a Bashar Al Assad buscan conformar rápidamente un “gobierno de transición” para evitar el caos y la desintegración de Siria frente a las numerosas facciones armadas activas en el terreno. Quieren, en concreto, evitar escenarios como los que sobrevinieron a las muertes de Saddam Hussein y Muamar Gadafi en Irak y Libia, que empujaron a ambos países a violentos conflictos internos aún vigentes.


En esa compleja atmósfera bélica y religiosa, el mayor temor es un resurgimiento del brutal grupo terrorista Estado Islámico, hoy debilitado pero aún presente en algunas zonas del territorio y que llegó a conformar un Califato en extensas áreas de Siria e Irak hace solo una década.

“A medida que esto se desarrolla, existe el potencial de que elementos en la zona, como el Estado Islámico, intenten aprovechar esta oportunidad y recuperar capacidad”, advirtió el jefe del Pentágono, Lloyd Austin.

Qué puede pasar en Siria tras la caída de Bashar Al Assad
La caída de la dinastía de los Assad no dio una paz inmediata a Siria. De hecho, fuerzas estadounidenses bombardearon el domingo 75 objetivos en el centro del país. Estados Unidos tiene en el terreno 900 soldados como parte de la coalición internacional que combate al Estado Islámico, que intenta reorganizarse y se muestra aún activo en algunas zonas bajo su control.

Pero no solo Washington mantuvo sus ataques en el país. Este lunes la aviación israelí bombardeó buques militares en el puerto mediterráneo sirio de Latakia y atacó almacenes de armas en varias localidades en las afueras de esa ciudad, según el Observatorio Sirio de Derecho Humanos y la radio oficial del ejército israelí. Además, tropas israelíes entraron en la zona de contención en el límite de la anexada meseta siria de los Altos del Golán. La ONU advirtió que esa maniobra “constituye una violación” del acuerdo de retirada de 1974 entre Israel y Siria.

    

En ese marco, los rebeldes sirios apuran la transición. El encargado de llevar adelante el nuevo poder interino será Mohamed al Bashir, el presidente del llamado “Gobierno de Salvación” que administra de facto la provincia de Idlib, en el norte del país, a través del Hayat Tahrir al Sham (HTS, Organización para la Liberación del Levante), el principal grupo islámico que derrocó a Al Assad.

Esta organización armada está liderada por Abu Mahammed al Golani, un exjefe militar del Estado Islámico y de Al Qaeda que rompió lazos con el terrorismo hace siete años y que busca reorganizar el país con un discurso de apertura democrática. El grupo tomó Damasco con la ayuda de varias facciones islámicas respaldadas por Turquía.

Turquía y los kurdos tienen un rol clave en el conflicto sirio
El escenario es extremadamente complejo. Después de 13 años de guerra civil, iniciada tras la represión a las protestas democráticas de 2011 durante la llamada “Primavera Árabe”, existen numerosos grupos armados en lucha. Será muy difícil poner de acuerdo a todos y mucho más cuando hay ejércitos y componentes nacionalistas y religiosos de por medio con intereses trasnacionales en juego.

El analista británico de origen sirio Idress Amad, especialista en Medio Oriente, dijo a TN que “es poco probable que Siria se desintegre”, aunque consideró que “Israel está tratando de explotar la situación para apoderarse de más territorio. Está más unificado hoy que hace años. Si la oposición logra llegar a una entente con los kurdos, entonces una democracia en toda Siria es una posibilidad muy real”, opinó.

Los kurdos controlan el llamado territorio de Rojava, donde gozan de amplia autonomía tras expulsar al Estado Islámico en 2014. Pero tienen un enemigo poderoso: Turquía, el gran hacedor de la alianza islámica rebelde que tomó el poder.

El gobierno turco de Recep Tayyip Erdogan considera a los guerrilleros kurdos como una filial del ilegal PKK turco que lucha por la creación de un Kurdistán independiente. El pueblo kurdo está hoy dividido entre Siria, Turquía, Irán e Irak.

Los kurdos sirios tienen hoy una de las llaves para la pacificación del país. Si bien han tenido el respaldo militar de Estados Unidos en su lucha contra el Estado Islámico, fueron combatidos por las milicias islámicas armadas por Turquía.

El territorio bajo control kurdo es hoy una fuente de conflicto permanente. De hecho, este lunes murieron 10 civiles en protestas en la ciudad de Deir Al Zur, en el este del país. Los manifestantes exigían al grito de “Alá es grande” la retirada de la alianza conocida como Fuerzas de Siria Democrática (FSD) liderada por los kurdos.

Las FSD incluyen entre sus componentes a las Unidades de Protección del Pueblo (YPG), fuerzas kurdas apoyadas por Estados Unidos en su lucha contra el Estado Islámico. Turquía considera a las YPG un grupo terrorista filial de la guerrilla turca Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK).

Erdogan, en un discurso este lunes, dejó en claro que no considerará como interlocutores válidos de la nueva Siria a las fuerzas kurdas. Sin la influencia de Irán en el terreno, Turquía es hoy el poder trasnacional que mueve las fichas del nuevo país. Habrá que ver ahora el poder de negociación que tendrá el líder islámico que tomó el poder y hasta dónde Estados Unidos está dispuesto a ver cómo un gobierno islámico, con tintes fundamentalistas, se asienta en Siria. Tampoco habrá que olvidar a Rusia, que mantuvo en el poder a Al Assad en la última década y que aún tiene importantes bases militares, incluida una naval, en territorio sirio.

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