Tres catequistas denunciaron por abuso sexual a un cura de Quilmes

La Diócesis de Quilmes apartó al sacerdote de su cargo, pero está en libertad y estudia psicología en una universidad de Berazategui. Los denunciantes aseguran que desde la iglesia lo encubrieron.
Franco Lütens fue denunciado por abuso sexual por tres personas. (Foto: Gentileza Fernanda Raia).
Franco Lütens fue denunciado por abuso sexual por tres personas. (Foto: Gentileza Fernanda Raia).

Tres catequistas de la parroquia Virgen María Madre del Pueblo de Quilmes denunciaron al cura Franco Lütens por abuso sexual gravemente ultrajante, con acceso carnal, agravado por haber sido cometido por ser ministro de culto. La Diócesis local decidió apartarlo de su cargo.

A principios de este año, un joven de 19 años le contó a una amiga lo que estaba viviendo con el sacerdote quilmeño. La joven le recomendó que lo hablara con un profesional.

“La psicóloga le dijo que estaba siendo víctima de abuso”, contó al medio TN Fernanda Raia, abogada de tres denunciantes. El joven que se animó a hablar se alejó de la iglesia para buscar a otras víctimas de Lütens.

Junto a otras dos víctimas, decidieron acudir a la comunidad de Sobrevivientes de Abusos Eclesiásticos de Argentina, donde fueron atendidos por la psicóloga Liliana Rodríguez y la abogada.

“Responde al perfil que tienen los abusadores, los pedófilos de la iglesia, amparado por una institución que no castiga”, explicó la psicóloga que especificó que los denunciantes formaban parte de la parroquia como monaguillos y catequistas.

“Él se acerca primero a personas vulnerables, no abusa por la fuerza sino a través de la manipulación. Cuando nota que la persona tiene carencias afectivas o económicas, empieza a hacerse el amigo o el padre”, detalló Fernanda Raia.

En dos de los tres casos, según pudo saber TN, el sacerdote quiso funcionar como figura paterna de las víctimas y comenzó a alejarlos de otras personas. Raia explicó: “Hacía un trabajo minucioso para abusar de ellos. Los llevaba a la casa a tomar mate, les decía que se iba a bañar y se paseaba desnudo. Hacía exhibiciones obscenas”.

La psicóloga Liliana Rodríguez, que atendió a los tres denunciantes, explicó: “A las personas les cuestra reconocer que son víctimas y también animarse a denunciar en una comunidad parroquial. Es un barrio donde toda la gente pertenece a una parroquia, son todos conocidos y se ven siempre. Animarse a hacer la denuncia es romper con un montón de barreras”.

En paralelo, Lütens hacía un trabajo psicológico para generarles un sentimiento de culpa. “Pero yo soy sacerdote, vos me hiciste caer en esto”, les decía, y los amenazaba con que tenía un hermano fiscal, según Raia.

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