Proyecto para transformar la vida en las inmediaciones del relleno sanitario San Javier
En el acceso al relleno sanitario San Javier, el espacio de disposición de residuos más importante de la provincia de Salta, que recibe a diario la basura de los municipios del área metropolitana, donde vive cerca del 70 % de la población de esta provincia, más de 200 familias se asentaron, y muchas de ellas viven de la basura. Así, con la sencillez de esas palabras, se expresa la contundencia de la vulnerabilidad más absoluta.
La Universidad Católica de Salta (UCASAL) atendiendo un pedido especial del Arzobispado, decidió trabajar en el proyecto “Vivir en la Basura”. El objetivo, realizar un análisis integral sobre las condiciones de vida en el asentamiento San Javier, donde estas familias enfrentan vulneraciones profundas a muchos de sus derechos, como el derecho a la vivienda digna y a un ambiente saludable. Lo que se conoce hasta acá es que la vida en San Javier se caracteriza por la cercanía a residuos sólidos urbanos y basurales no controlados, afectando tanto la salud como la seguridad y las posibilidades de desarrollo de sus habitantes.
Diagnóstico inicial: una mirada a la vulnerabilidad
Los objetivos principales que se propuso el equipo de UCASAL fueron primero, tener un diagnóstico socio comunitario claro y preciso. Se está investigando sobre variables que brinden información sobre la antigüedad de establecimiento de las familias en el lugar, la composición poblacional, sexo, edad, cuántos de los niños están escolarizados, cuántas personas adultas trabajan, el valor de ingresos aproximado, las condiciones laborales, infraestructura de las construcciones donde viven, servicios, inundabilidad, información alimentaria, entre otros indicadores. Luego, con todos estos datos procesados, el siguiente objetivo es estudiar el lugar y normativas nacionales, provinciales y municipales, enfocados en los aspectos ambientales, a fin de evaluar la posibilidad o no de formalizar una urbanización.
El relevamiento indica que en el barrio viven 220 familias, integradas por 741 personas de diferentes edades, entre las cuales se destacan unos 221 niños y niñas de 0 a 9 años. No todas reciben asistencia directa de las instituciones y ONG’s que tienen presencia en el territorio. Aproximadamente, la mitad de estas familias recurren a los comedores del barrio por lo menos una vez a la semana. Casi el 70% de las viviendas no cuentan con servicios básicos, padecen de inundaciones por las lluvias, y se encuentran bajo situación de hacinamiento. Otro dato relevante señala que cerca del 50% de la población recibe alimentos en un comedor o merendero del barrio, posibilidad cada vez más difícil de sostener por quienes ofrecen esta ayuda. Un 13% de hogares trabaja en actividades vinculadas al vertedero. El 80% de la población que trabaja se encuentra bajo precarización laboral por trabajo informal y con ingresos menores al Salario Mínimo Vital y Móvil.
Urbanización o relocalización
A partir de esta información relevada -que está en etapa de procesamiento y análisis interdisciplinario-, el equipo UCASAL va a proponer acciones, en conjunto con Cáritas y el Estado, para mejorar las condiciones de vida de las familias con perspectiva al futuro. Con esto queremos decir que no es sólo asistencialismo para el presente, sino que urge brindarles herramientas para que las personas puedan desarrollarse plenamente. Si esto nos obliga a pensar en una relocalización, estamos comprometidos a aportar toda nuestra solvencia académica y profesional con lo que este proceso implicaría”, comentó Guillermo Arroyo, coordinador del Centro de Espiritualidad y Acción Pastoral.
El proyecto “Vivir en la Basura” busca no solo visibilizar la realidad del asentamiento San Javier, sino también llamar a la acción colectiva, promoviendo políticas públicas inclusivas y una sociedad más equitativa. Estas familias salteñas expuestas a un hábitat hostil -entre la basura- también sueñan, proyectan, comparten en comunidad y buscan vivir cada día mejor. Lo necesitan de manera urgente y lo merecen, pero más importante aún, vivir dignamente es su derecho.
Fuente: UCASAL