Epidemiología fortalece la vigilancia por leishmaniasis viceral

Locales19 de septiembre de 2024 Por Prensa
Esta enfermedad grave afecta tanto a personas como a perros y se transmite por la picadura de un insecto llamado flebótomo. Los síntomas en humanos incluyen fiebre prolongada, aumento del tamaño del abdomen, pérdida de peso y otros. En perros, se observan decaimiento, pérdida de pelo, crecimiento de uñas y úlceras en la piel.
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La Dirección General de Coordinación Epidemiológica, a cargo de Francisco García Campos, estuvo en Tartagal donde se reunió con el equipo médico del área operativa con el fin de fortalecer la vigilancia por la presencia de casos de leishmaniasis viceral en los departamentos San Martín y Rivadavia.

García Campos explicó que la Provincia presenta una tendencia creciente de casos de leishmaniasis visceral en los departamentos San Martín y Rivadavia, los cuales se encuentran en un escenario epidemiológico de riesgo medio a alto de acuerdo ICTLv (Índice combinado Trienio Leishmania Visceral) del último trienio. “Ante esta situación nos hemos reunido con los equipos de salud para fortalecer la vigilancia epidemiológica, ajustar la organización de los servicios, asegurar un manejo clínico eficiente, y proporcionar tratamiento oportuno para las complicaciones asociadas y el control de casos graves. Esto es esencial para prevenir complicaciones y reducir la mortalidad relacionada con estas enfermedades”, señaló el funcionario.

Situación epidemiológica

En el período 2001-2021 se registró en la Región de las Américas un total de 69 665 casos nuevos de leishmaniasis visceral (LV), con un promedio anual de 2488 casos. Los datos informados en el 2021 representan una reducción del 9,5% en relación con el año anterior y del 57% en relación con los 4228 casos del 2017, la mayor cifra registrada en el período analizado. A pesar de esta disminución, algunos países como la República Bolivariana de Venezuela, Paraguay y Argentina registraron, respectivamente, un aumento significativo del número de casos (400%, 123% y 45,5%) en comparación con el 2020.

La LV se encuentra distribuida en toda Latinoamérica a excepción de Chile. En Argentina, Misiones, en el año 2000 se detectó por primera vez el vector, y en 2006 el primer caso humano. Estudios posteriores demostraron la rápida dispersión del complejo parásito Leishmania Infantum / Vector Lutzomia longipalpis y de reservorio infectado hacia otras ciudades de la provincia de Misiones como así también a otras provincias: Corrientes, Santiago del Estero, Formosa, Salta, Entre Ríos y Chaco, donde aparecieron posteriormente casos en humanos. Se registran además casos caninos autóctonos en Córdoba y Jujuy (Pampa Blanca).

En la provincia de Salta el primer caso humano registrado fue en 2008 y en 2009, el primero investigado, asumido como autóctono.

Situación actual en Salta

Hasta la semana epidemiológica 37 de 2024, se han registrado 8 nuevos casos de leishmaniasis visceral, elevando el total a 59 desde el año 2008. Los departamentos de General José de San Martín y Rivadavia presentan un riesgo epidemiológico de medio a alto.  Al momento se registran dos personas fallecidas por la enfermedad, con residencia en Tartagal.

La población infantil es la más afectada. Esta patología puede asociarse a antecedentes de patologías previas y otras condiciones de inmunosupresión del paciente. En algunos casos de infección por L. infantum puede ser asintomática o haber transcurrido desapercibida, dependiendo de la inmunidad del paciente. Lo importante para estos casos es la vigilancia epidemiológica, la sospecha clínico-epidemiológica para realizar un diagnóstico, tratamiento y control de foco oportuno.

Se recuerda que el Ministerio de Salud se encuentra trabajando junto al Colegio Médico de Veterinarios para controlar la enfermedad en los perros, “desarrollando una estrategia de identificación de canes enfermos y control de la población canina mediante castración para disminuir la cantidad de reservorios”, explicó Nicolás Ruiz de Huidobro, jefe del programa de Zoonosis.

Sobre la enfermedad

La Leishmaniasis visceral es una enfermedad grave que afecta a personas y perros. Se transmite a través de la picadura de un insecto muy pequeño (2 a 4 mm) denominado flebótomo o también conocido como torito, plumilla o carachai. Cuando este insecto pica a un perro infectado con el parásito que causa leishmaniasis, al tomar su sangre también lo ingiere. La próxima vez que pique a otro perro o persona, el parásito pasará a ellos infectándolos.
No se transmite persona a persona ni con el contacto directo con los perros.

En las personas, la leishmaniasis visceral afecta al bazo, hígado, médula ósea y otros órganos. Los síntomas que produce son fiebre prolongada, aumento de tamaño del abdomen, pérdida de apetito, disminución de peso, tos seca, diarrea y vómitos.

En los perros los síntomas que produce son decaimiento, falta de apetito, falta de pelo y descamación especialmente alrededor de los ojos y en el hocico, crecimiento exagerado de las uñas, úlceras en la piel y hemorragia nasal.

¿Cuál es el tratamiento?

El tratamiento incluye el tratamiento farmacológico y el sintomático y de las complicaciones de la enfermedad. Se recomienda la internación de los pacientes durante los primeros 7 a 10 días para su seguimiento clínico y terapéutico estricto.

¿Cómo se puede prevenir?

La primordial medida preventiva es erradicar el flebótomo de los hogares y evitar que los perros se infecten, y detectar los síntomas que en el perro pueden hacer sospechar leishmaniasis. Para eso:

Erradicar hojas y malezas de los alrededores de las viviendas y la basura acumulada en las casas.
Mantener el terreno alrededor de la vivienda libre de malezas y corrales, y los animales domésticos y mascotas alejados de la vivienda durante la noche.
Utilizar repelentes para insectos, mosquiteros o telas metálicas.
Usar camisas de manga larga y pantalones o aplicarse repelente en el caso de transitar por zonas selváticas o con mucha vegetación.
Se deben limpiar los lugares donde habitan los perros y evitar que sean picados por los flebótomos mediante collares o pipetas repelentes que deben ser renovadas según las instrucciones.
Debemos estar atentos si la mascota presenta alguno de estos síntomas y si aparece llevarlo al veterinario:
Caída del pelo especialmente alrededor de los ojos y las orejas.
Fatiga.
Pérdida de peso.
Seborrea escamosa (como caspa).
Crecimiento exagerado de las uñas.
Úlceras en la piel.
Hemorragia nasal.
Se debe evitar el traslado de perros sanos e infectados desde y hacia zonas con leishmaniasis visceral
 
Fuente: Secretaria de Prensa y Comunicación

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