De entrada no se sabía si era él. La vestimenta contra el frío en la dura mañana de Ezeiza no permitió descubrirlo de entrada. Pero ahí estaba él, debajo del gorro de lana negro y el cuello de polar sobra la cara. Exequiel Zeballos fue la gran noticia en el regreso a los entrenamientos, en el inicio de este pretemporada de cara al segundo semestre del 2024 que se realizará íntegramente en Boca Predio.

El Changuito es un refuerzo top. Más allá de Gary Medel, el primero en llegar en este mercado de pases, y de los otros jugadores que van a completar el plantel, el delantero de 22 años ocupa ese lugar. Es un jugador que no estaba porque en octubre del año pasado se rompió los ligamentos cruzados de la rodilla derecha en Córdoba, lo operaron y tuvo que afrontar (nuevamente para él) una larga recuperación que terminó antes de que finalizara la competencia oficial en el primer semestre. Si bien en aquel momento le dieron el alta y de hecho ya había hecho varios trabajos de campo, ahora se formalizó su reincorporación al grupo con sus compañeros.

Sin dudas, una noticia que vale oro para Diego Martínez. Por lo que significa Zeballos para Boca, pero sobre todo desde lo funcional: hoy en día, el entrenador no tiene un jugador tan desequilibrante y con gol como el número 7 en el plantel. Es más, es una posición que el Gigoló había sugerido cubrir en este mercado de pases. Ni Langoni, que es más mediapunta que extremo, ni Janson ni Briasco que no estuvieron a la altura, pudieron suplir la ausencia del Chango.

Changuito Zeballos ya se sumó al resto de sus compañeros. Es una variante que vale oro para Martínez.