La audiencia judicial, presidida por la jueza Claudia Güemes, fue un momento crucial en esta historia. El niño, que ha sido declarado en situación de adoptabilidad judicial, no encontró postulantes en la convocatoria nacional. Sin embargo, mientras la búsqueda de una familia adoptiva parecía desesperanzadora, la enfermera que lo cuidaba comenzó a tejer un lazo especial con él.

El pequeño reconoce a la enfermera cada vez que llega y la espera con ansias. Incluso, la joven mujer ha llevado su compromiso más allá, involucrando a su propia familia en el cuidado y atención del niño. Desde comprarle ropa y juguetes hasta ocuparse de trámites y gestiones para su bienestar, la enfermera ha demostrado un profundo amor por el pequeño.

Consciente de las circunstancias médicas del bebé y su pronóstico de vida limitado, la enfermera decidió dar un paso al frente y solicitar formalmente adoptarlo como familia monoparental, dado que su novio no puede acompañarla como guardador debido a su trabajo en Tartagal.

El proceso judicial contó con la intervención de varios actores, incluyendo la Asesora de Menores e Incapaces, la tutora oficial, el Fiscal Civil y la Secretaria de la Niñez del Poder Ejecutivo. La emotiva historia de la enfermera y el bebé abandonado ha inspirado a muchos, recordándonos el poder del amor y la bondad en tiempos difíciles.