JAVIER MILEI LLORÓ EN EL MURO DE LOS LAMENTOS

Nacionales06 de febrero de 2024 Por Rouse Leonor
En su primera actividad en Medio Oriente, el jefe de Estado visitó el sitio sagrado de la religión judía. Luego, inició un encuentro formal con su par israelí para repudiar los ataques terroristas del 7 de octubre y confirmar su decisión de mudar la embajada de Argentina a Jerusalén
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Javier Milei formalizó su primera actividad en Israel a través de su visita al Muro de los Lamentos, el sitio más sagrado del pueblo judío. El Presidente rezó ante los restos milenarios del Templo de Jerusalén, primero solo, luego acompañado por su rabino, Axel Wahnish, designado como futuro embajador argentino en el país, y después leyó La Torá en los antiguos túneles cercanos al denominado Kotel.

Milei es el primer mandatario de América Latina que visita Israel tras los actos terroristas del 7 de octubre, y a diferencia de Lula da Silva (Brasil), Gustavo Petro (Colombia) y Andrés Manuel López Obrador (México), exhibe una posición de respaldo y solidaridad ante la ola antisemita que conmociona a la región y al mundo.

La posición geopolítica de Milei es elogiada en Estados Unidos, Alemania, Francia, Países Bajos, Gran Bretaña e Italia, y condenada por Irán, Cuba, Venezuela y Nicaragua, que apoyan y financian a organizaciones terroristas como Hamas, Hezbollah, Yihad Islámica y los Hutíes de Yemen.

Durante su estadía, se lo notó emocionado, con lágrimas en los ojos. Fue recibido por el rabino del Muro de los Lamentos, Shmuel Rabinowitz, y estuvo acompañado por los funcionarios que viajaron con él (su hermana y secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, la canciller Diana Mondino y el rabino Axel Wahnish) y una delegación de rabinos que habitualmente rezan en el lugar.

Tras rezar y firmar el libro, Milei se dirigió hacia los Túneles del Muro de los Lamentos en medio de un fuerte operativo de seguridad dispuesto por las fuerzas de defensa de Israel. A medida que avanzaba en su recorrido, el mandatario argentino se sacaba fotos con los argentinos que se acercaron al lugar y con los turistas ocasionales. “Grande Milei”, escuchó el Presidente en un momento. “¡Viva la libertad, carajo!”, respondió.

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