Ser piloto de drones es una profesión que, sin lugar a dudas, no era algo común hace algunos años. Esto se debe al simple hecho de que esta tecnología ni siquiera existía en el mercado, más allá de que el primer drone se haya creado para uso militar en 1951, bajo el nombre de Firebee.

Desde hace poco más de una década, estos vehículos aéreos no tripulados se popularizaron en todo el mundo y cada vez se venden a precios más accesibles. En algunos sitios ya los comercializan a $ 5000.

 La profesión de piloto de drones si es casi un descubrimiento para la mayoría de las personas. En Estados Unidos, en países de Europa e, incluso, en países hispanohablantes como España, México o Colombia ya se ofrecen servicios de piloto para estos vehículos no tripulados. Quienes los operan, ganan sueldos bastante elevados.

En Colombia, por ejemplo, ya existen cursos y carreras de formación profesional en el pilotaje de un drone. Además de conocer las técnicas para pilotarlo correctamente, también enseñan normas de uso del espacio aéreo y cuestiones relacionadas a la ética, porque esta tecnología puede ser utilizada con malos propósitos, como puede ser el de espiar a otras personas.

 En Argentina, se necesita la habilitación de la Agencias Nacional de Aviación Civil (ANAC) para pilotar un drone. Para sacar el certificado que permita maniobrarlo, hay que hacer un curso en lugares habilitados y, tras aprobarlo, se debe someter a un estudio psicofísico.

La Universidad Tecnológica Nacional (UTN) brinda los cursos para poder pilotar los drones con fines comerciales a través de la carrera Especialización Profesional en Pilotaje de Drones.

Según afirmaron quienes trabajan en esta profesión, en Argentina, un piloto de drones puede ganar hasta $ 10.000 por jornada de trabajo.