VIVIÓ SEIS AÑOS CON UN PENE INJERTADO EN EL BRAZO

Internacionales 03 de mayo de 2022 Por Agostina Morales
Malcolm MacDonald tiene 47 años y su miembro se cayó debido a una infección en 2014, pero un increíble procedimiento permitió ponerle uno nuevo.
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Malcolm MacDonald es un hombre de 47 años que vive en Gran Bretaña. En 2014, y tras sufrir una grave infección en la sangre, su pene se le cayó. Malcolm tenía una dura enfermedad que hacía que sus dedos (de las manos y de los pies) y su pene se volvieran negros y oscuros.

 Malcolm ya era padre de dos hijos en ese entonces y se desempeñaba como mecánico, pero su problema le cambió totalmente la vida: “Cuando vi que mi pene se ponía negro, me asusté mucho. Fue como una película de terror. Estaba en pánico. Sabía que en el fondo lo había perdido”, relató al periódico inglés The Sun.

Poco tiempo después, su pene cayó al suelo. El hombre lo agarró y lo tiró a la basura, mientras que sus testículos permanecieron intactos. Cuando fue al hospital, no pudo solucionar el problema y entró en una importante depresión, que lo llevó a tener problemas con el alcohol.

“Durante dos años me sentí como la sombra de un hombre. Mi vida realmente se vino abajo porque no tenía confianza en mí mismo. Tomé mucho. No vi a familiares y amigos, simplemente no quería tener que enfrentarlo”, confesó.

Y siguió: “No tener un pene me hizo sentir horrible. Es el peor miedo de la mayoría de los hombres. Pero no en cuestión de sexo, porque ya tenía dos hijos, sino porque se trataba más tener confianza en mí mismo y de cosas simples como usar el baño”.

Años después de su tragedia personal, Malcolm conoció a David Ralph, un hombre conocido como “el maestro del pene”. Ralph le ofreció hacerle un injerto de pene en el brazo, al que debería llevar dos años como mínimo, para luego realizar un procedimiento que le devolvería el órgano al lugar correspondiente.

Así fue como los expertos literalmente crearon un pene para Malcolm: “Extrajeron vasos sanguíneos y nervios de su brazo y se lo implantaron allí para que, con el tiempo, se formara la piel y el tejido de forma natural. Además, el miembro tenía dos tubos que se podrían inflar con una bomba manual y generar una erección de unos 5 centímetros.

“Fue como recibir todos los regalos de Navidad a la vez. Estaba muy emocionado porque era una oportunidad para poder empezar de nuevo. Cuando lo vi en mi brazo por primera vez estaba muy orgulloso. Después de todo lo que había pasado, no me pareció extraño. Era una parte de mí ”, expresó MacDonald.

Pasó el tiempo y era hora de dar el siguiente paso: devolver el órgano a su lugar original. Sin embargo, la llegada de la pandemia de coronavirus y los altos costos demoraron la operación

Por suerte para él, finalmente pudo realizarla a principios de este año a cambio de unos 63 mil dólares. Tras nueve horas de cirugía, volvió a tener un pene de unos 15 centímetros en el lugar correspondiente.

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